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A poco más de un mes para las elecciones generales, y dos y medio para las autonómicas, el Gobierno regional convocó en marzo de 2019 a profesionales y directivos del Hospital Virgen de La Arrixaca al palacio de San Esteban para presentar, por todo lo ... alto, un ambicioso Plan Director que por fin iba a dar respuesta a las acuciantes necesidades de ampliación de la vieja ciudad sanitaria. Levantado en 1975, el complejo dispone de menos quirófanos de los que necesita, su UCI sufre un colapso crónico y los pacientes del hospital de día Oncológico reciben los tratamientos en un espacio en el que caben con dificultad. El plan director se iba a desarrollar hasta 2031, y contaría con 100 millones de euros.
Cinco años después, el proyecto permanece en el cajón. La Arrixaca se acerca a su 50 aniversario, que se celebrará en 2025, sin que se haya llegado a invertir ni uno solo de los euros previstos en el plan. La irrupción de la crisis sanitaria por la covid en 2020 provocó un retraso inevitable en su puesta en marcha. Hubo que centrar todos los esfuerzos en afrontar la pandemia, con incrementos de plantilla y compra de todo tipo de materiales. Pero el tsunami pasó, y los profesionales del hospital siguen esperando. «Necesitamos una remodelación profunda o directamente un hospital nuevo. Todos los servicios tienen ya problemas de espacio o inadecuación. La UCI está encajonada, con unos problemas estructurales graves y una presión asistencial brutal», resume el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos, Rubén Jara. «Hay que dejar de poner parches. El hospital necesita una solución integral que aborde las necesidades a medio y largo plazo», coincide el jefe del servicio de Cardiología, Domingo Pascual.
En junio de 2023 parecía haber llegado el momento. La Consejería de Salud sacó a licitación la redacción del Plan Director y Funcional por 145.000 euros. En realidad, lo que se había presentado en 2019 poco antes de que la Ley Electoral impidiese este tipo de anuncios fue un mero borrador que debía ser desarrollado, y que estaba por tanto sujeto a todo tipo de cambios.
Pero al concurso solo se presentó una empresa que no cumplió con los estándares mínimos de calidad en su propuesta, a juicio de la mesa de contratación. Así que quedó desierto. El proyecto suponía una enorme complejidad técnica: levantar dos edificios para ubicar nuevos quirófanos, el hospital de día Oncológico, 45 habitaciones de hospitalización, nuevas consultas para Demencias y otras unidades, así como laboratorios ampliados y dotados de la última tecnología. Esto liberaría otros espacios y obligaría además a diseñar ubicaciones temporales entre las distintas fases de las obras. «Para hacer algo así se necesita contratar a una empresa especializada que sepa hacerlo, y a la que se le ofrezca el dinero suficiente para ello», cuestiona una veterana trabajadora del hospital.
Tras declararse desierto el concurso, Salud anunció que redactaría de nuevo los pliegos para volver a licitar. Un año después, no hay rastro del nuevo concurso. «Se trata de un proyecto a largo plazo en el que se sigue trabajando para dar respuesta al crecimiento continuo de la actividad quirúrgica que se ha producido en los últimos años», aseguran desde la Consejería. «Este crecimiento no es solamente cuantitativo, sino cualitativo, con intervenciones cada vez más complejas y de mayor duración que implican salas de hemodinámica o de radiología intervencionista, de unidades de alta resolución», continúan estas fuentes oficiales De esta respuesta se infiere que algunos aspectos del plan director se han podido quedar obsoletos. En el hospital, sin embargo, lo que se extiende es la percepción de que no hay dinero para un plan tan ambicioso como el que se anunció en 2019.
«La sensación es que todo está parado. Se lanza el mensaje de que la situación económica del SMS es mala, y se están buscando opciones que al final son parches», señala un profesional. Sobre la mesa está la posibilidad de levantar un pabellón junto a la sala de Hemodinámica, donde ahora hay un patio interior. Allí se instalarían cinco nuevos quirófanos, y se ganaría también más espacio para Hemodinámica. También se ubicarían en este nuevo espacio salas para pruebas de Neumología. Salud se limita a señalar que informará de este plan «cuando esté cerrado».
No es el proyecto esperado, pero al menos se trataría de «una solución de urgencia que puede permitirnos aumentar la actividad quirúrgica en un par de años», explica un cirujano. La Arrixaca dispone a día de hoy de 25 quirófanos que se dedican sobre todo a las operaciones de prioridad 1 (cáncer y otro tipo de patologías que no admiten demoras) y a las más complejas. El resto de intervenciones, prácticamente la mitad, son derivadas a centros concertados, donde los pacientes son intervenidos la mayor parte de las veces por cirujanos de la propia Arrixaca.
Pero los problemas de la ciudad sanitaria van mucho más allá de los quirófanos. Lo advierte el Servicio Murciano de Salud en sus propios pliegos del concurso que quedó desierto. Buena parte de las construcciones existentes «aún datan» de 1975, el año en que se levantó la que por entonces se denominó ciudad sanitaria. Dichas construcciones «se han quedado en un estado de obsolescencia técnica y funcional elevada, no respondiendo su diseño a las necesidades actuales», se advierte en el pliego del concurso de licitación del nuevo plan director de La Arrixaca. Pero incluso partes del complejo que en el pasado han sido reformadas «tienen serios problemas funcionales, de explotación y mantenibilidad».
Ya en 2015, el entonces director gerente de La Arrixaca, Domingo Coronado, trató de acometer una reforma de la UCI y el servicio de Urgencias. Una década después, tan solo se han realizado ampliaciones provisionales para aliviar la saturación que sufren ambos espacios. Cuidados Intensivos sigue soportando ocupaciones superiores al 100% durante buena parte del año. «Había dificultades técnicas, pero todo se puede hacer si hay dinero. Ampliar la UCI es un proyecto esencial que no se ha hecho porque hacerlo bien cuesta mucho dinero», resume Coronado. Pero el ex director gerente cree que hay que aprovechar el momento para pensar a largo plazo. «Hay que mejorar las instalaciones y modernizar. Por ejemplo, en los quirófanos se está produciendo una revolución con el robot Da Vinci. Pero también hay que repensar los modelos y apostar por la innovación, potenciando la hospitalización a domicilio», reflexiona.
Algunos creen que, llegados a este punto, la mejor solución sería levantar un hospital nuevo, como ocurrió con La Fe en Valencia o el Puerta de Hierro en Madrid. Pero esto sería una opción a muy largo plazo. De momento, la Gerencia trabaja con diversas opciones que ha presentado al SMS. En lo que todos están de acuerdo en que la Administración regional no puede llegar a 2025 sin dar una respuesta.
Pacientes y profesionales del servicio de Oncología siguen esperando unas nuevas instalaciones que sustituyan a las actuales, ubicadas en un pabellón que fue diseñado en los años 70 como residencia para las enfermeras de la antigua ciudad sanitaria. El plan director de 2019 preveía un nuevo edificio en la zona donde actualmente se encuentra Anatomía Patológica. No está claro si finalmente saldrá adelante este proyecto o si le ocurrirá como al flamante pabellón Oncológico dotado de 50 habitaciones individuales que el Gobierno de Ramón Luis Valcárcel anunció en 2008.
Los intentos del exjefe del servicio de Oncología y diputado del PP Agustín Navarrete por sacar adelante aquella iniciativa resultaron infructuosos cuando llegaron los recortes por la crisis financiera.
El pasado mes de julio, el consejero de Salud, Juan José Pedreño, inauguró una remodelación de las actuales consultas que no es sino una solución provisional para poder atender a más pacientes en el mismo espacio. Se anunció que «el servicio de Oncología Médica de la Arrixaca duplica sus consultas». Lo que se hizo, en realidad, fue levantar tabiques para que donde había una consulta se pudiesen instalar dos. La obra fue pagada con una donación de 45.000 euros del Rotary Club de Molina de Segura tras una recaudación en una gala benéfica. Pedreño no aclaró ese día cuándo se acometerá la remodelación tan largamente esperada, y su departamento sigue estudiando opciones.
Pero los problemas afectan a muchas otras zonas del hospital. El último de los grandes edificios del complejo es el nuevo Materno Infantil, que abrió sus puertas en 2017. Mientras, el Pabellón General requiere de una remodelación, en opinión de muchos profesionales. «El mobiliario ha cambiado. Las camas, por ejemplo, son ahora más grandes. En los 'boxes' de Urgencias cabían antes seis pacientes, pero eso ahora es imposible», relata un médico de Urgencias.
De momento, los cambios que se van abordando son puntuales. En las próximas semanas se ampliará el área de cuidados intermedios de Cardiología, que pasará de contar con seis camas a diez. Esto es importante en un hospital donde la UCI y Reanimación soportan ocupaciones muy elevadas.
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