Familiares de usuarios de la residencia Virgen de la Salud de Alcantarilla se quejan de múltiples deficiencias

«Si me muero, que me hagan la autopsia». Esta demoledora frase la pronunció un usuario de la residencia Virgen de la Salud a un familiar y escenifica la poca confianza existente en la gestión de este centro, supervisado directamente por el Ayuntamiento.

Aunque el emparentado prefiere permanecer en el anonimato por recelo, no tiene problema en reconocer que ya ha efectuado dos reclamaciones: una en octubre y otra este mes. A la primera ya ha obtenido respuesta por parte del Instituto Murciano de Acción Social (Imas), que reconocía algunas de las incidencias notificadas. «Estuvieron un mes y medio sin médico y tuve que llevar a mi madre a un centro de salud», denuncia María José (nombre ficticio).

Otros familiares de residentes coinciden en que la gestión deja que desear, pero que «en ningún caso se está produciendo un maltrato». No obstante, reconocen a este diario que se han acostumbrado con el tiempo a situaciones tales como «ir detrás del personal para comprobar que dan la medicación adecuada y a la hora que esta debe ser recibida».

Debido a las restricciones en el régimen de visitas provocadas por la Covid-19, muchos sufren en la lejanía ante la imposibilidad de comprobar 'in situ' la calidad del servicio, por lo que telefonean con frecuencia. «Hay cambios de plantilla y, en general, mucha inestabilidad», apuntan como motivo. Otros no dudan en elogiar la «calidad humana» del personal, aunque este emite llamadas de socorro evidentes: «Nos dicen 'vamos con prisa' o 'solo podemos dedicar 8 minutos a cada uno', por lo que yo creo que hace falta más profesionales», aseguran otras fuentes que tampoco quieren desvelar su identidad.

No es la primera vez que este centro recibe críticas a su gestión, pues ya fue objeto de una moción de urgencia en febrero de 2019, presentada por el grupo socialista a la corporación municipal de aquel momento. En el documento, se puede leer que ya entonces se ponía de manifiesto que «las denuncias de familiares han sido reiteradas, numerosas y muchas de ellas de especial gravedad». En el apartado final, se instaba al equipo de gobierno a valorar «la posibilidad de llevar a cabo la rescisión del contrato vigente con la empresa Sergesa».

De hecho, es esta compañía la que disfruta de la concesión desde el año 2000 y por un periodo de 25 años, ampliable por hasta otro cuarto de siglo, de lustro en lustro. Este periódico trató de ponerse en contacto ayer con los responsables de la gestión de la residencia, pero fue derivado al Ayuntamiento.

Fue el Consistorio el que apuntó que la residencia Virgen de la Salud «cumple con todos los requisitos como entidad acreditada por el Imas y cuenta con todo el personal que exige esa acreditación». Además, insistieron, «ha superado todas las inspecciones hasta la fecha». Por último, aseguraron que, «si hay cualquier reclamación, es atendida tanto por el Imas como por el Ayuntamiento» y que «recientemente se aprobó una remodelación integral con el objetivo de mejorar la atención y la comodidad de los usuarios».

Por su parte, desde la Consejería de Política Social se limitaron a comentar que «se ha procedido a la apertura de expediente informativo y la inspección», sin facilitar más detalles.

Las críticas a la gestión de este centro se vieron alimentadas por la alarma social que generó la noticia del fallecimiento de uno de los residentes durante la noche del domingo, pese a que las circunstancias de este suceso no han trascendido todavía. La investigación del mismo corre a cargo de la Policía y del Instituto Anatómico Forense, que se encuentra estudiando las causas de la muerte de la víctima y cuya autopsia arrojará luz al caso.

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