Absuelven a un ginecólogo acusado de presuntos abusos sexuales a sus hijas

El Juzgado de Instrucción número 6 de Murcia ha dictado el sobreseimiento y el archivo de las actuaciones contra un ginecólogo que estaba acusado de abusar de sus dos hijas, menores de edad. Así lo acuerda la magistrada Raquel Lacunza Ruiz, después de que la Audiencia Provincial ordenara reabrir el caso.

Este ginecólogo fue acusado de realizar tocamientos a sus dos hijas en la vagina, de darles besos con lengua y de obligarlas a que estas le hicieran masajes. La instructora decidió en su día archivar las acusaciones al considerar que los hechos no habían quedado acreditados. La Sección Tercera de la Audiencia corroboró, en parte, la decisión de la magistrada y consideró que, en el transcurso de la instrucción, ni los tocamientos vaginales ni los masajes habían quedado probados.

Ahora, la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia vuelve a acordar el sobreseimiento «por no existir suficientes evidencias de los hechos denunciados». La magistrada recuerda que «ningún episodio de los besos fue relatado por las menores, aun cuando las exploraciones por la psicóloga forense fueron extensas y reiterativas». En relación a las manifestaciones realizadas por el hermano mayor de las menores, que declaró haber visto cómo su padre daba besos con lengua a las pequeñas, añade que «esta declaración debe contextualizarse».

«Su escueta mención en sede policial, en la que nombró 'besos con lengua, como si estuviera dando besos a su pareja', se convirtió después en un 'magreo' con tocamientos en las piernas y muslos, transformando un beso quizás extralimitado en un episodio de abuso sexual. Un beso a una pareja puede ser en la boca y no tiene por qué llevar aparejados tocamientos, que ahora se incluyen». «Es evidente y no niega el testigo que la relación con su padre no es buena (...). Ambos compartían negocios y hay un procedimiento en el juzgado con reclamaciones económicas incluidas», señala el fallo. Por otra parte, añade, «los supuestos besos se habrían dado en un balcón con vistas a la playa de Campoamor, bastante abierto y expuesto al vecindario; difícil de realizar un episodio de besos prolongado con tocamientos de culo y entre los muslos; este tipo de actos se realizan con ocultación».

Por ello, la juez concluye que «la declaración del testigo –el hijo mayor del médico– no arroja indicios de fuerza suficiente como para sustentar la continuación de las actuaciones». De esta forma, «se acuerda el sobreseimiento provisional y el archivo, y se deniega la declaración de prórroga de la instrucción de la causa».

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