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Mariano Rajoy, ayer en Segovia
Rajoy se despide por teléfono

Rajoy se despide por teléfono

Génova empezó a negociar con Pedro Antonio Sánchez su renuncia tras el punto de inflexión que el lunes marcó la 'Púnica'

J. P. P. / EP

Miércoles, 5 de abril 2017, 01:58

Fiel a su estilo, Mariano Rajoy ha adoptado el papel de esfinge en la crisis murciana. Tras respaldar al presidente de la Comunidad durante los últimos meses con escuetas respuestas, ofrecidas cuando no tenía más remedio que responder a periodistas en ruedas de prensa, el líder del PP envió ayer a Murcia al coordinador general del partido, Fernando Martínez-Maillo, mientras él optaba de nuevo por el silencio, ignorando el asunto y evitando hacer declaraciones. Según desveló la agencia Europa Press, Rajoy despachó con Pedro Antonio Sánchez por teléfono en busca de una salida a la crisis después de que el juez Eloy Velasco le diese la puntilla con el 'caso Púnica'.

La petición de imputación lanzada desde la Audiencia Nacional encendió todas las luces de alarma en Génova y marcó el destino de Pedro Antonio Sánchez. La posibilidad de una dimisión empezó a circular con fuerza en la noche del lunes, y la secretaria secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, dejó ya pocas dudas cuando, a primera hora de ayer, destacó el «sentido de la responsabilidad» del presidente de la Comunidad y aseguró que haría «lo mejor» para los murcianos y para «el interés» de la Región. También avanzó los argumentos con que posteriormente Pedro Antonio Sánchez explicó su renuncia. «La Región no puede tener de ninguna manera un gobierno tripartito», aseguró Cospedal en declaraciones en Los Desayunos de TVE.

El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, y el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, han mantenido un contacto fluido durante los últimos días, buscando alternativas con las que quedaran satisfechas ambas formaciones. Tras constatar que C's estaba mucho más cerca del apoyo a la moción después de la exposición razonada del juez del 'caso Púnica', la dirección nacional del PP marcó un punto de inflexión y empezó a gestionar con el PP murciano la dimisión de Sánchez. Otras fuentes aseguran que Albert Rivera lanzó un órdago a la dirección popular advirtiendo de que había muchas posibilidades de que C's apoyara la moción de censura del PSOE. Tal circunstancia habría disparado todavía más las alarmas en Génova y precipitado los acontecimientos posteriores.

Solo hubo una llamada de Mariano Rajoy al presidente de la Comunidad. Después, volvió a convertirse en esfinge.

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