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Raúl Hernández
Lunes, 6 de marzo 2017, 18:54
Eran las 14.10 horas y decenas de cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas se agolpaban en la puerta del Palacio de Justicia de Murcia para recoger el momento de la salida del presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, tras declarar durante algo más de cuatro horas ante el magistrado Julián Pérez-Templado.
A escasos cien metros de ese punto, en el patio del hotel Silken Siete Coronas se había habilitado un 'set' donde el jefe del Ejecutivo iba a comparecer.
Sin embargo, ese centenar de metros que separan un punto de otro se convirtieron en una auténtica carrera de obstáculos para los profesionales gráficos y redactores. En ese caótico recorrido, los escoltas se emplearon a fondo para mantener un cordón de distancia en torno a Sánchez y no dudaron en empujar y agarrar a cualquiera que se acercara más de la cuenta al jefe del Ejecutivo, provocando algunas caídas durante el trayecto.
Falta de previsión por parte del gabinete del presidente por algo que podía ocurrir o demasiado celo de los comunicadores por sacar la mejor instantánea y la declaración imposible. Lo cierto es que la escena fue caótica.
Tanto es así, que el propio Pedro Antonio Sánchez comenzó su comparecencia pidiendo perdón a los periodistas por lo sucedido.
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