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La rambla del Bojal, en la carretera entre Torreagüera y Beniaján, fue una de las zonas del municipio más afectadas por la lluvia.
El colector que debe evitar las avenidas en la zona norte tardará 3 años en ejecutarse
MURCIA

El colector que debe evitar las avenidas en la zona norte tardará 3 años en ejecutarse

La CHS asegura que la publicación en el BOE de la redacción del proyecto es inminente, pero ya se han perdido ocho meses desde que se adjudicó en mayo

Manuel Madrid

Martes, 20 de diciembre 2016, 01:44

Las últimas lluvias han dejado en el aire algunas preguntas. ¿Por qué Murcia se inunda cada vez que se anuncia un fenómeno tormentoso? Determinados puntos de la huerta, del campo y de los barrios de expansión de la capital seguían ayer apantanados tras tres días de precipitaciones persistentes. Ocupando el ancho total del cauce, sin rastro de la escultura de la sardina ni de la mota donde se quiere construir el carril bici, no era la imagen del río Segura a su paso por la pasarela Manterola la única impactante. Había bancales tanto o más grandes que piscinas olímpicas, y algunas pedanías estaban circundadas por auténticos humedales. La gente no paró en todo el día de achicar agua de viviendas, pero también los operarios municipales se emplearon en algunos colegios públicos. Daba la impresión de que la huerta volvía a ser esa tierra pantanosa de la época andalusí, y la inundación del arrabal de San Esteban era solo una fatídica sincronía. Joven Futura, Llano de Brujas, Alquerías, El Raal y otras poblaciones de la Cordillera Sur, emulaban a esos almarjales de difícil drenaje que ocuparon la cuenca a lo largo de los siglos. Durante todo el fin de semana han quedado cortadas carreteras de reciente construcción, incapaces de absorber la corriente que bajaba por las ramblas de Espinardo, El Puntal, Churra y Cabezo de Torres, curiosamente las zonas que han registrado mayor crecimiento urbanístico.

¿Está Murcia preparada para soportar una tromba? La impresión es que no. «Caen cuatro gotas y enseguida nos ahogamos», decían ayer los viejos arremolinados en Teniente Flomesta, pendientes de la crecida del río, con la cuerda del perro en una mano, y el nieto o el móvil en la otra. Pero lo cierto es que el caudal del río alcanzando los 3,60 metros en el Puente Viejo no se veía desde primeros de los años 80, como recordó el fotógrafo Ángel Martínez.

Complicaciones puntuales

Desde que se aprobó el Plan General de Ordenación de Murcia (PGOM), en 2001, y especialmente desde el fin de la burbuja de la construcción -entre 2003 y 2007-, se viene hablando periódicamente de la necesidad de ejecutar una serie de infraestructuras hidráulicas para evitar las temibles avenidas, especialmente en los núcleos urbanos de Espinardo, El Puntal, Churra y Cabezo de Torres, que son el lecho natural de paso de las aguas pluviales. Pero igual ocurre en las inmediaciones del cauce del Segura y del Guadalentín, uno de sus afluentes, conocido como el Reguerón, donde suele haber complicaciones de forma habitual, y también en el Campo de Murcia, cuyas pedanías han crecido de forma espectacular al socaire de las grandes urbanizaciones.

Edificios antes que colectores

Pero los crecimientos no han ido acompasados de las debidas canalizaciones. De hecho, en ciertos casos los desarrollos se han ejecutado antes que las infraestructuras hidráulicas, y la prueba es la rambla de Espinardo, totalmente urbanizada -donde se proyectó la guardería pública inacabada-, pese a que aún no se ha construido el interceptor de pluviales de la zona norte. Este colector, de hecho, es una reivindicación habitual de los grupos de la oposición, y este mismo año, en mayo pasado, se adjudicó a una unión temporal de empresas la redacción del proyecto en 705.000 euros. Pero, ocho meses después, todavía está esperando la firma del subdirector general de Programación Económica del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Carlos Muñoz. Un portavoz de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) indicó ayer a 'La Verdad' que se espera que la aprobación sea «inminente». De ser así, el proyecto podría estar redactado en ocho meses, y los técnicos calculan que en un plazo de dos años podrían ejecutarse las obras. Por tanto, al menos pasarán tres años para que se pueda poner en marcha esta infraestructura que interceptará el agua de las ramblas de Espinardo, Pago del Obispo y Churra, a la altura Nueva Condomina, y la canalizaría de forma controlada a lo largo de 6,8 kilómetros de conducciones subterráneas hasta desembocar en el río Segura, en el entorno de Rincón de Beniscornia. Será una especie de 'autopista' para el agua de lluvia, con una capacidad de 110 metros cúbicos por segundo -las ramblas de Espinardo y Churra tienen una capacidad de evacuación de 40 y 33 m3/segundo-. De esos 6,8 kilómetros del interceptor solo se ejecutó -en 2008- una primera fase de 600 metros, junto a la rotonda en la intersección de Juan Carlos I y la Costera Norte, en El Puntal.

Incomprensible tardanza

El concejal de Fomento, Roque Ortiz, señaló ayer que la situación que se ha dado estos días pasados es «excepcional», si tenemos en cuenta que en un año el municipio de Murcia suele recibir una media de 300 litros por metro cuadrado en un año, y que en estos cuatro días se han registrado 178 litros por metro cuadrado entre el jueves y el lunes, es decir, más del 50% de lo que se espera para el año. «Es evidente que quedan por desarrollar infraestructuras hidráulicas previstas, y esperamos que el interceptor de la zona norte, que es una obra que depende del Ministerio de Agricultura, no se demore más». En el mismo tono se expresó el concejal de Urbanismo, Antonio Navarro, que asegura que es «incomprensible» que ese proyecto no se haya ejecutado. La edil socialista Susana Hernández duda de que esas obras estén listas «antes de 5 años», a la vista de la lentitud con la que se está llevando a cabo la licitación de la redacción, que cuenta con apoyo económico del Plan Crece del Ministerio para depuración y aguas residuales.

El Ayuntamiento tiene un conflicto con los promotores a cuenta del Plan de Infraestructuras Hidráulicas de la zona norte (PEIH), que incluye actuaciones por valor de 300 millones, de las que de 42 han sido girados a los propietarios, pero solo ha recaudado 30 hasta la fecha. El presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios, José Hernández, cree que las cantidades son «desorbitadas» y espera que se resuelva favorablemente en los juzgados la demanda que ha presentado. Una de las obras asociadas a ese plan es el tanque de tormentas de Zarandona, que debe ser financiada por los dueños de los terrenos de los planes parciales colindantes. El concejal Ortiz asegura que se hará el proyecto repercutiendo los costes a los afectados, pero no se sabe cuándo. Tampoco aclara si se incluirá en el Presupuesto de 2017 alguna partida, «ya que va a depender de la oposición».

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