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LA VERDAD
Jueves, 3 de noviembre 2016, 01:39
La Guardia Civil ha detenido a un vecino de la localidad alicantina de Bigastro por estafar presuntamente a varias personas con el alquiler de viviendas vacacionales en el Mar Menor. Este, según precisaron las fuentes, actuaba como gestor inmobiliario de varios inmuebles y presuntamente se quedaba con el dinero de las reservas de alquileres, que finalmente no se producían.
En la 'Operación Armel', que ha permitido esclarecer, por el momento, cinco supuestas estafas, también ha sido arrestada, según explicaron las fuentes, otra persona, vecina también del municipio alicantino de Bigastro, que actuaba como un supuesto testaferro. Recibía, en una cuenta bancaria a su nombre y en connivencia con el supuesto mediador, los ingresos de las víctimas.
La investigación se inició el pasado junio, cuando varios vecinos de Cieza denunciaron en el cuartel de la localidad que habían sido víctimas de este supuesto engaño. Estos explicaron a los agentes que habían entregado una cantidad de dinero a un mediador por la reserva de una vivienda en el Mar Menor y que, más tarde, este les había comunicado que no podían entregarles la misma, pero no les había reintegrado el dinero.
Las pesquisas del Instituto Armado permitieron destapar otros cinco casos de personas que habían sufrido esta misma treta en distintos puntos de la Región. El 'modus operandi' era siempre el mismo: exigían una reserva para el alquiler de la casa y, más tarde, con cualquier excusa, se anulaba el contrato sin devolver el dinero. La Benemérita constató, incluso, que se habían llegado a alquilar las mismas viviendas para las mismas fechas a varias familias a la vez.
La supuesta estafa que el sospechoso desplegaba, según remarcaron las fuentes, era doble, ya que el ahora arrestado contactaba con los dueños de las fincas, a los que se ofrecía como gestor inmobiliario, garantizando cierta selección de los clientes para asegurar un buen uso de las residencias. Una vez contaba con su permiso y mediante carteles anunciadores que colocaba en los inmuebles, facilitaba su número de teléfono para que los interesados contactasen con él.
La supuesta estafa se consumaba, según precisaron las fuentes, cuando los futuros arrendatarios le abonaban un adelanto del alquiler. Días después, recibían la llamada de este supuesto mediador que, alegando cualquier tipo de inconveniente, les comunicaba que la ocupación no podría llevarse a cabo, sin reintegrarles, finalmente, el dinero de la reserva. Los dos arrestados han pasado a disposición de un juzgado de instrucción de Orihuela, que se ha hecho cargo del caso.
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