Los forenses expondrán este lunes cómo murieron los holandeses

Los médicos forenses que realizaron las autopsias a los cadáveres de la jugadora holandesa de voleibol Ingrid Visser y de su pareja, Lodewijk Severein, expondrán mañana las conclusiones de su informe en una nueva sesión de la vista oral que ante un jurado popular se celebra en la Ciudad de la Justicia de Murcia desde el pasado 28 de septiembre.

En el informe sobre las necropsias forenses llegaban a la conclusión de que tanto Visser como Lodevein recibieron numerosos golpes en la cabeza con objetos contundentes que no han sido localizados y que fueron utilizados con gran violencia, hasta el punto que destrozaron sus cráneos.

El origen de la muerte de la pareja fue violento, algo que para estos peritos no albergada duda alguna.

Además, exponían que sus cuerpos fueron desmenbrados en varias partes, con secciones totales.

Señalaban los forenses que las numerosas fracturas que presentaban los cráneos de Visser y de su pareja acreditaban que la violencia de los golpes que recibieron debió ser de gran intensidad.

Así mismo señalaban que una vez producidas las muertes, los autores produjeron otras heridas con la decapitación de ambos y con la amputación de los miembros superiores e inferiores.

En cuanto a las heridas causantes de las muertes, los forenses coincidieron en señalar que las mismas fueron ocasionadas con un objeto de considerable tamaño "y empleando violencia con gran fuerza".

En cuanto a las lesiones producidas una vez fallecidas las víctimas, consideraban que para descuartizar los cuerpos se debió utilizar un objeto de borde de sierra y otro que podía ser compatible con hacha.

En el juicio, que podría concluir la próxima semana, se sientan en el banquillo Juan Cuenca, gerente del Club de Voleibol donde jugó Visser, que en una de las sesiones de la vista oral reconoció haber contratado a otros dos acusados, los ciudadanos rumanos Valentin Ion y Constantin Stan, que están considerados por la fiscalía como los autores materiales del doble crimen.

Durante el juicio, Ion ha reconocido que causó la muerte de la pareja, mientras que su compatriota solo ha admitido que colaboró en introducir los restos desmembrados en bolsas y en el posterior traslado hasta el huerto de Alquerías donde fueron enterrados.

El cuarto acusado es Serafín de Alba, propietario de esos terrenos, que está acusado de encubrimiento.