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Las Flamenco Rosa, a primera hora de la mañana de ayer, entrenando junto al Centro de Actividades Náuticas de Lo Pagán.
Remando contra el cáncer

Remando contra el cáncer

Once murcianas crean el primer equipo de España de 'Dragon Boat' de mujeres sometidas a mastectomía

Rebeca Martínez Herrera

Miércoles, 19 de octubre 2016, 00:51

Acaba de amanecer en Lo Pagán y un nuevo día se abre paso sobre el mar en calma. Está totalmente nublado y las Encañizadas de la laguna se convierten, junto al final de La Manga, en la línea que define el horizonte. Solo se escucha el graznido de las gaviotas, que celebran alborotadas que los pescadores han empezado a faenar, hasta que un grupo compuesto por once mujeres, ataviadas con camisetas y turbantes rosas, llegan al embarcadero del Centro de Actividades Náuticas de la localidad marmenorense.

Sus sonrisas llenan de luz el cielo encapotado y los primeros rayos de sol empiezan a ganar la batalla a las espesas nubes. Saben que la vida puede cambiar en un instante y se sienten afortunadas porque tienen una segunda oportunidad. Todas ellas sintieron cómo su mundo se ponía del revés cuando les detectaron cáncer de mama. Pero le plantaron su mejor cara a la enfermedad, que en los últimos tres años ha afectado a 496 mujeres de la Región, con edades comprendidas entre los 50 y 69 años, según la última estadística facilitada por la Consejería de Sanidad con motivo del Día Internacional contra el Cáncer de Mama, que se celebra hoy.

Ahora cuentan su experiencia a bordo del barco que las ha convertido en el primer equipo de España de 'Dragon Boat BCS' ('Breast Cancer Survivor' -Supervivientes de Cáncer de Mama-). Una modalidad de piragüismo de origen asiático que se ha convertido en «la mejor terapia» para las Flamenco Rosa, convertidas por casualidad en palistas profesionales.

«El movimiento BCS empezó en Canadá, cuando un médico hizo un estudio que demostró que ejercitar la parte superior del tronco podía ayudar a prevenir el linfedema, la hinchazón que suele manifestarse en el brazo después de haberse sometido a una mastectomía», explica Maxi, la capitana del equipo, que recuerda orgullosa cómo fueron los comienzos de esta aventura emprendida hace apenas seis meses.

«En Semana Santa fuimos a una charla impartida por mujeres de otros países que competían en BCS y enseguida empezamos a probar. Una piragüista inglesa, que tiene casa en La Manga, se quedó aquí unos días para enseñarnos a navegar y ayudarnos a poner en marcha el equipo. Desde que nos subimos al barco no nos hemos bajado», destaca esta pinatarense cuyos ojos reflejan la ilusión que han depositado en este reto.

En su breve historia, las Flamenco Rosa ya han competido en varias pruebas como federadas, entre ellas el Campeonato de España celebrado a primeros de este mes en Los Alcázares. «Quedamos quintas de cinco equipos», bromea Maxi, entre risas, para evitar decir que fueron las últimas en llegar a la meta.

Lola tampoco puede contener la emoción cuando habla de sus compañeras. Esta sanjavierense es, a sus 46 años recién cumplidos, la benjamina del equipo. A los 43 le detectaron cáncer de mama y, aunque ya ha pasado lo peor, pronto tendrá que enfrentarse de nuevo a una segunda mastectomía y a una extirpación preventiva de ovarios, después de detectar que su enfermedad tiene un origen genético. «Ahora me toca limpiarme del todo, pero no es lo mismo operarte por un tumor que por prevención. Ya no tengo miedo. Aunque una operación siempre entraña riesgo, el impacto psicológico no es el mismo», asegura con un optimismo abrumador.

A pesar de que perdió su empleo porque la empresa donde llevaba más de veinte años trabajando cerró mientras estaba de baja médica, recuperándose de la intervención quirúrgica a la que se sometió para extirpar una de sus glándulas mamarias, no duda lo más mínimo en asegurar que ha salido ganando después de superar el cáncer.

Actitud positiva

«He ganado con la enfermedad al cien por cien, tanto en calidad de vida como en sentimientos. A veces lo malo trae cosas buenas. He empezado a disfrutar de la vida de otra manera y a valorar lo realmente importante. Nos pasamos los días estresados y asumimos más de lo que podemos llevar a cabo. Ahora mis prioridades son diferentes», afirma. Está convencida de que la clave para enfrentarse a este tipo de problemas de salud es fomentar una actitud positiva, para la que resulta fundamental tener una ilusión, como lo es el deporte que practican cada martes y sábado a primera hora de la mañana. «Remar es un subidón para nosotras. Vamos todas a una y tenemos a mucha gente alrededor que nos ayuda y nos hace sentirnos muy queridas».

Con la mismas buenas vibraciones, Ángeles plantó cara a su dolencia, pese a que su marido había fallecido de cáncer poco antes de que se lo detectaran a ella. Sin embargo, en vez de hundirse, afrontó la enfermedad «con mucha fuerza y coraje». El mismo que ha demostrado para subirse al barco que la ha llenado de vida. «Me da una energía impresionante. Formar parte de un equipo te hace sentir mejor persona», asegura. Y lanza un claro mensaje a todas las mujeres que padecen cáncer de mama: «La vida no acaba».

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