Los rumanos Ion y Stan exigieron dinero a Cuenca tras la muerte de los holandeses

Siete agentes de la Policía Nacional declararon ayer en la décima sesión del juicio por el 'caso Visser', que se centró en el análisis de las llamadas telefónicas que realizaron los acusados después de que se perpetrara el crimen de los holandeses, en mayo de 2013. Así, los agentes ratificaron las transcripciones telefónicas y aseguraron que «los rumanos estaban presionando a Juan Cuenca para que formalizara el pago; tenían algo acordado».

Los policías explicaron que Cuenca fue detenido el 25 de mayo y que, ese mismo día, Ion le mandó varios mensajes en los que le exigía un dinero acordado. Sostuvieron que, «al ver que no podía contactar con Cuenca, Ion llamó a su compatriota Stan y le pidió el favor de que robara, ya que tenían la intención de conseguir algo de dinero». Los investigadores confirmaron, asimismo, que «Ion telefoneó a un amigo de Cuenca para ver si este podía proporcionarle un número de teléfono distinto o una dirección donde localizarle, porque tenía que cobrar un dinero por un mosaico».

Otro de los agentes que declararon ayer aseguró que, en el registro de la casa de Cuenca, en Valencia, «interceptamos diversa documentación. Además, Cuenca tenía folios con reservas de vuelos a nombre de Lodewijk; pensamos que era él quien se encargaba de comprar los billetes a los holandeses cuando estos tenían que venir a España».

«Después se puso en marcha un dispositivo para arrestar a los rumanos. En casa de Valentín había información de una cantera en Murcia», confirmó otro funcionario. El juicio seguirá el martes con declaraciones de otros agentes.