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JESÚS YELO
Lunes, 17 de octubre 2016, 12:03
De padre sirio y madre malagueña, Rami Aboukhair Hurtado (Granada, 1967) se ha convertido en uno de los principales artífices no solo del famoso producto de captación y vinculación de clientes del Banco Santander sino de la transformación cultural de la entidad hacia la filosofía simple. Este economista y ejecutivo, abaranero de adopción, está casado con Elena Gutiérrez, es padre de cuatro hijos y tiene su residencia en Madrid. Es el mayor de tres hermanos -los otros dos también trabajan en el Santander- y ha recorrido medio mundo ganándose la confianza de la presidenta del grupo, Ana Botín, que lo fichó cuando trabajaba en Banesto, donde alcanzó el puesto de director general de Productos y Clientes.
Su curriculum profesional es envidiable. Tras acabar la carrera de Económicas en la Universidad de Murcia y ganarse sus primeros sueldos en varios trabajos eventuales, entró en Estasur S.A., perteneciente a Repsol, como jefe de Administración. Después pasó a Hinia S.A, en Gerona y Barcelona, como delegado y director comercial, y volvió a Madrid como subdirector de marketing ya con Repsol. Marchó a Argentina en 1999 para hacerse cargo de Repsol Yacimientos Petrolíferos Fiscales como director de marketing para Latinoamérica y en 2002 se unió al Grupo Santander. En febrero de 2011 se trasladó a Londres donde fue nombrado director general de Banca Retail en Santander UK y creó la cuenta bancaria '123'. Ya en enero de 2015 aceptó el cargo de director general de Banca Comercial Santander España y en junio fue nombrado Country Head de Santander España, es decir, primer ejecutivo del banco en el país. También viajó a Estados Unidos donde realizó un master en Harvard. Así pues, se ha pasado dos décadas viajando por el extranjero, y, según su círculo, es una persona de la total confianza de Ana Patricia Botín.
La vida de este granadino de nacimiento encariñado de Abarán es más bien discreta, y no le gusta prodigarse en los medios de comunicación. De hecho, viene periódicamente a la Región de Murcia, donde mantiene encuentros con empresarios y exportadores, si bien fuera de los focos.
Sus tres pilares fundamentales son la infancia, su familia y el deporte. Vivió varios años en Homs (Siria), la segunda ciudad más importante de Siria, hoy totalmente devastada tras más de cinco años de guerra. Allí nació su padre, Maruan Aboukhair, que se trasladó a Granada para estudiar Medicina y después a Abarán tras obtener plaza como médico. Aquí falleció en 2004. En este pueblo del Valle de Ricote pasó Rami su infancia y juventud.
Cursó estudios primarios en el colegio Juan XXIII para pasar al Instituto de Abarán y posteriormente a la Facultad de Empresariales de la UMU, todo con un expediente académico extraordinario.
Le gustaba pasear por el Jarral, cuidarse físicamente y hasta desfiló en Semana Santa vestido con el Tercio de Romanos, según rememoró Orlando Turpín, desde Sevilla. Sus amigos recuerdan que cuando viene a Abarán, bien en Semana Santa o para asistir a la boda de alguno de sus compañeros de juventud, se muestra siempre de lo más campechano, servicial, cordial y festero.
Una de las personas que lo conoce bien es Gloria Carrillo Saorín, jubilada de 76 años, que trabajó durante cinco años en las labores domésticas del piso familiar de la avenida de Cieza. «Tenía 17 o 18 años cuando lo conocí, era un chico muy agradable y le gustaban mucho las pelotas y los rellenos que le hacía», recuerda esta señora que lo vio la última vez cuando murió su padre y que aún se acuerda del regalo que le hicieron los tres hermanos una Navidad: una prenda interior de color rojo, que aceptó a regañadientes.
La vida de Rami va unida muy estrechamente con el deporte. Durante los años que vivió en Abarán, participó en varios campeonatos de fútbol y futbito. Entusiasta del Real Madrid, del que es socio, fue su padre quien le transmitió el amor por los colores blancos. Jaime Tornero, presidente de la peña madridista de Abarán, recuerda que «Rami vino desde Londres para asistir al homenaje que tributamos hace ocho años a los socios fallecidos, entre ellos su padre, y que contó con la presencia del presidente Ramón Calderón. Desde ese momento colabora desinteresadamente con nosotros».
Y si hay algo que llena de orgullo a Rami es su familia. Su madre, Josefa Hurtado, malagueña de Bodadilla, que continúa viviendo en Abarán, se emociona cuando habla de Rami: «Es una persona muy humana, constante y con mucho afán por aprender», declara. Persona con una verdadera capacidad de trabajo y leal, Rami Aboukhair mantiene buenas relaciones con el sector hortofrutícola de la Región, donde su agenda de contactos es muy extensa. Y además se entrega a las obras sociales a través de su empresa, como es el caso de Cáritas. Entre sus aficiones, además del fútbol, le encantan la lectura, la música y la gastronomía. Quizás aquí en Abarán encuentra el tiempo que le acaparan sus obligaciones profesionales como uno de los hombres fuertes en el escenario bancario.
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