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LA VERDAD
Miércoles, 5 de octubre 2016, 01:33
«Cuenca no estaba autorizado a hacer gestiones relacionadas con la venta de mi cantera. Lo llamé para pedirle que dejara de falsificar mis papeles, que no lo hiciera más, y ya no volví a hablar con él». Así de tajante se mostró ayer Evedasto Lifante, expropietario del Club Voleibol Murcia 2005 y dueño de la cantera de mármol de Abanilla cuya venta se sospecha que está en el trasfondo del doble crimen.
Lifante aseguró que «mi hermana me llevaba las cuentas y los papeles en el club de voley y sufrió tres infartos cerebrales. En ese momento, Cuenca empezó a encargarse de hacer los pagos. Pero él nunca firmó un contrato como gerente del club».
Explicó que «Cuenca y De Alba buscaron inversores para la cantera en los años 2009 y 2010. Hubo una reunión con un señor que quería comprar la cantera. El encuentro fue en el club y estuvimos ese señor, Cuenca, Serafín de Alba, Rosario Baño y Domingo Fernández-estos dos últimos también declararon como testigos-. La cosa no fue a más. Mi relación con Cuenca terminó en 2011».
Rosario Baño, una mediadora financiera, aseguró al jurado que intermedió en la venta de la cantera, pero sin recordar la fecha exacta. «Asistí a una reunión con Cuenca, De Alba, Evedasto y un posible comprador», dijo. A raíz de ese momento, añadió, «empecé a tener contacto con Cuenca y me dijo que él tenía los papeles de la cantera». Sostuvo que encontró unos posibles inversores, pero no localizaba a Cuenca y se presentó en casa de Lifante. «Me dijo que él no había firmado nada y que aquel contrato no era suyo. A partir de ahí dejé de tratar con Cuenca y Serafín, porque me habían mentido».
Domingo Fernández, amigo del principal acusado, explicó que le prestó 6.000 euros. «Me dijo que tenía problemas. Intenté que me los devolviera, y en 2011 me propuso un negocio con una cantera, adquiriendo una opción de compra por 300.000 euros. Con eso, me dijo, podía recuperar el dinero». Fernández manifestó que contactó con un constructor y organizó una reunión en Valencia con Cuenca, De Alba y el supuesto dueño de la opción de compra. Pero este último, el más importante, nunca apareció. «Cuenca me llamó de camino y me preguntó si estaban listos los 300.000 euros, pero le dije que primero teníamos que hablar de la carga hipotecaria de 40 millones que tenía la cantera. La cosa no fue a más».
El abogado Francisco Asís Espinosa se limitó a confirmar que Cuenca le encargó la constitución de una sociedad en Gibraltar.
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