Un desmayo de Melecio Castaño obliga a suspender la vista oral hasta el lunes

Acababa de concluir su alegato Fermín Guerrero, el abogado del rumano Constatín Stan, y el magistrado-presidente se disponía a dar el turno de palabra a Fidel Pérez Abad, defensor del presunto encubridor Serafín de Alba. Pero, de forma inesperada, se levantó de su asiento el letrado Melecio Castaño y reclamó un receso. «Me encuentro bastante mal, señoría», le hizo saber. No tuvo tiempo de mucho más, porque inmediatamente después le flaquearon las piernas y habría caído al suelo de no haber sido auxiliado por sus compañeros de estrado y por personas que se encontraban entre el público.

Castaño se encontraba completemente bañado en sudor y con el rostro lívido y durante varios segundos perdió la consciencia.

Un médico que se encontraba en la sala de vistas le prestó unos primeros auxilios y seguidamente hizo lo propio un facultativo de los juzgados, que le atendió hasta que una ambulancia enviada por el 112 lo trasladó hasta el hospital Morales Meseguer.

Castaño fue sometido a diversas pruebas para descartar un problema cardíaco y finalmente fue dado de alta, hacia las seis de la tarde, tras serle diagnosticado un síncope vasovagal; un desmayo causado por el estrés y la falta de descanso derivados del arranque del juicio.

El magistrado Domínguez suspendió el juicio hasta el lunes para permitir el total restablecimiento del letrado.