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Vista general del banquillo de los acusados y de sus abogados defensores, ayer.
La opción de un pacto de 30 años de cárcel marca el inicio del 'juicio Visser'

La opción de un pacto de 30 años de cárcel marca el inicio del 'juicio Visser'

Juan Cuenca, el principal acusado, y el rumano Ion estarían dispuestos a asumir una condena por dos asesinatos, pero Stan se niega a negociar

Alicia Negre

Jueves, 29 de septiembre 2016, 01:25

El arranque del juicio por el 'caso Visser' resultó tan soporífero como largamente esperado había sido. La primera sesión de la vista oral se prolongó por espacio de más de ocho horas, que solo sirvieron para que fueran designados los nueve miembros y los dos suplentes del jurado popular y para que la secretaria judicial diera lectura a seis escritos: los de las calificaciones provisionales de la fiscal, la acusación particular y las defensas de los cuatro acusados: Juan Cuenca, Constantín Stan, Valentín Ion y el presunto encubridor Serafín de Alba.

Tanto las acusaciones pública y privada como las defensas exprimieron al límite sus opciones en la elección de los nueve ciudadanos que tomarán la última decisión en el 'caso Visser'. Las distintas partes del proceso sometieron a la veintena de candidatos -señalados por sorteo- a una interminable serie de preguntas, con el fin de determinar si arrastraban algún tipo de prejuicio que pusiera en duda su imparcialidad. Muchas de las cuestiones versaron sobre el valor que otorgaban a las informaciones de los medios de comunicación, ya que temían -básicamente, las defensas- que su juicio pudiera verse condicionado por las noticias que se han venido publicando. De esta forma, cuando alguno de los candidatos a jurado admitía que le confería una gran credibilidad a la prensa, automáticamente se veía rechazado.

También fueron sensibles los abogados y la fiscal a los argumentos que varios de los candidatos esgrimieron, sobre todo para quejarse de que asumir el papel de jurado durante dos meses, que es lo que se prevé que pueda durar la vista oral, podría suponerles graves trastornos familiares o laborales.

Al final, acusaciones y abogados defensores utilizaron hasta cuatro veces por cada lado -el tope legal- su potestad de recusar a un jurado. La consecuencia de todo ello fue que el proceso de conformación del tribunal popular se prolongó largas horas, hasta exceder sobradamente del tiempo que estaba fijado para la primera sesión. Y, en contra de lo previsto, el interrogatorio a los encausados no llegó a iniciarse.

Los únicos momentos de interés consistieron en el traslado de los cuatro acusados a la sala de vistas, lo que ofreció la primera oportunidad de fotografiarlos a todos juntos, y en la noticia -adelantada por 'La Verdad' en su edición digital- de que se estaba explorando un acuerdo entre todas las partes para fijar una sentencia de conformidad. Esta opción ya se buscó el viernes de la pasada semana, pero se cerró sin éxito por la imposición de la Fiscalía y de la acusación particular de que cualquier posible pacto debía pasar por una condena por dos asesinatos y, en ningún caso, por homicidios.

Ayer, según fuentes de toda solvencia, fueron los abogados de la defensa quienes abrieron de nuevo esa vía al sostener que los principales sospechosos podrían llegar a admitir penas de 30 años por dos asesinatos. De esa forma se cumplía la exigencia de las acusaciones y a la vez Cuenca, Ion y Stan se beneficiarían de una sustancial rebaja de condena, al serles aplicadas las penas en su grado mínimo. Y pasarían a ser castigados con 30 años de prisión -con un máximo de 25 años privados de libertad-, frente a los 50 años que ahora se les reclaman.

Por lo que se refiere al presunto encubridor, Serafín de Alba, se abría la posibilidad de que se le aplicara una condena cercana a un año de cárcel y no los tres a los que ahora se enfrenta.

Reflexionando en la celda

El acuerdo pareció viable durante un rato. Y, de hecho, la sesión se suspendió a lo largo de media hora y los cuatro acusados fueron devueltos a las celdas para que pudieran reflexionar. Sin embargo, la férrea negativa de Constantín Stan y de Serafín de Alba frustró la negociación. Cuenca e Ion, al contrario, se habrían mostrado dispuestos a asumir esas condenas, «ante lo incierto que siempre es el resultado en un caso de jurado popular», según explicó el letrado José María Caballero Salinas.

Pese a la negativa de Stan y De Alba, al término de la primera sesión ninguna de las partes en discordia descartaba la posibilidad de que modificaran su postura y que hoy, a las nueve y media de la mañana, pudiera anunciarse el acuerdo. La confesión de los acusados siempre es condición 'sine qua non' para que el pacto tenga efecto.

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