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MENA BELTRÁN
Miércoles, 24 de agosto 2016, 01:29
Es estudiante de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad Politécnica de Madrid y becado por la Residencia Joaquín Blume. El atleta murciano Jaime Martínez Morga logró el récord del mundo para sordos en la prueba de 1.000 metros lisos. Martínez nació con pérdida auditiva, pero su discapacidad no le ha impedido lograr su sueños dentro del mundo del atletismo. El murciano se considera una persona muy competitiva. «Nunca me ha gustado perder en nada. Desde muy pequeño, creo que se nace así: queriendo superarte día a día, para alcanzar un sueño», asegura.
-¿Cuándo empezó su problema de audición?
-Tanto mi hermano como yo nacimos con pérdida auditiva, pero mis padres son oyentes. No hay antecedentes familiares y aún no sabemos la razón de que nos sucediera.
-¿Cómo recuerda su infancia?
-En casa todo era fantástico. Afuera, en cambio, fue una época difícil por la falta de comunicación. Nadie se ponía en contacto conmigo. Fui un niño tímido y muchas veces solitario. Me daba vergüenza que no me entendieran y pocas veces salía de mi entorno familiar.
-¿Por qué decidió comenzar en el mundo del atletismo?
-Era un niño muy nervioso y me gustaba mucho el deporte. Al ser sordo, mis padres pensaron que sería mejor practicar un deporte individual y ese fue el atletismo.
-¿Dónde se inició?
-Llevo 14 años en el mundo del atletismo. Empecé a los siete años en el Club Atletismo de Murcia. Mi madre se informó y me apuntó. Ese momento me cambió la vida.
-¿Cuál fue su primera competición?
-La recuerdo con cariño. Fue en el barrio de San Antón, con motivo de sus fiestas celebraban una carrera popular alrededor del parque de la Seda, ese año había empezado en el Club Atlético Murcia. Ahí gane mi primera copa, que para un niño era motivo de gran ilusión, quedé tercero y desde ese día les pedía a mis padres que me llevaran a cualquier competición que hubiera.
-¿Fueron duros los comienzos en el atletismo?
-La verdad es que no. Era un niño bastante torpe y el atletismo me hizo mejorar la coordinación. Me encantó desde el principio.
-¿Cómo sabía cuándo era el pistoletazo de salida en una carrera?
-Fue algo novedoso pues nunca habían tenido un sordo en una competición y no sabían cómo actuar. Al principio, mi padre se ponía al lado del juez y me daba la salida con la mano o con un pañuelo. Con el tiempo, los jueces, que ya me conocían, me ponían directamente en la calle uno.
-¿Cómo se siente sabiendo que es un ejemplo de superación para muchas personas?
-Como persona sorda, me gustaría que quienes sufren alguna discapacidad sintieran que no hay barreras. Si tienes un sueño o una meta, nadie puede pararte. La vida no es fácil para nadie, tener objetivos te da alas para seguir adelante.
-¿Hasta dónde quiere llegar?
-A pesar de mi discapacidad, me gustaría ir a las próximas olimpiadas en Tokio.
-¿Qué competiciones ha ganado esta temporada?
-Ha sido una temporada muy larga. Gané oro en los 800 metros en el Campeonato de Europa en pista cubierta. En el Campeonato del Mundo para sordos en Stara Zagora (Bulgaria) quedé cuarto.
-¿Cual es su próximo reto?
-Finalizo la temporada con el Campeonato de Europa Promesa de sordos, que se va a realizar en Karlsruhe (Alemania) del 25 al 27 de agosto. En él voy a correr los 400, 800 y 1500 metros lisos. Tengo muchas ganas e ilusión.
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