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Los tubos de la empresa lorquina Noksel que fueron instalados en febrero para canalizar el agua desde el Cerro Colorado.
A la feria de Sevilla, y con chófer

A la feria de Sevilla, y con chófer

La UCO investiga los regalos de la empresa lorquina Noksel a Arcadio Mateo por la compra de los tubos

Manuel Buitrago

Jueves, 23 de junio 2016, 10:59

La trama de Acuamed actuó sin contemplaciones a la hora de aprovecharse del acuciante problema de agua de los agricultores de la cuenca del Segura, y en particular del Valle del Guadalentín. El decreto de sequía que aprobó el Gobierno central el pasado verano les vino de perlas para hacer sus negocios, ya que varias obras, y en especial las que faltaban del Cerro Colorado, se contrataron por la vía de emergencia, que evitaba el concurso público. Para ello necesitaban supuestamente los favores y las estrechas relaciones de algunos directivos de Acuamed, de la CHS y del Ministerio, como viene publicando La Verdad a través del sumario que instruye el juez Eloy Velasco.

La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil investigó la relación del exdirector general de Acuamed, Arcadio Mateo del Puerto, con directivos de la empresa lorquina Noksel, que fue la que proporcionó los tubos para la segunda fase de las canalizaciones del Cerro Colorado. Si la primera fase puso al descubierto supuestas irregularidades por la compra de las tuberías a una empresa de Vitoria con un sobrecoste de 200.000 euros, para la adquisición del mismo material a la empresa lorquina también hubo maquinaciones de la trama de Acuamed para beneficiarse del contrato, según los datos de la investigación.

Los pinchazos telefónicos revelan que el contratista Nicolás Steegmann intentó asegurarse un beneficio directo negociando unos precios con los dueños de Noksel. Al mismo tiempo, la UCO comprobó que Arcadio Mateo, que estaba al tanto de la operación, recibió un obsequio de la empresa lorquina el año pasado. Le pagó el desplazamiento y la estancia en la Feria de Abril de Sevilla, y le puso además un chófer a su disposición. El conductor fue probablemente contratado por Manuel (de Noksel), que fue también investigado.

Arcadio tuvo varios contactos con el mismo directivo de Noksel, a quien agradeció que le hubiera preparado «una cena exquisita» en otro encuentro. Mateo también recibió supuestamente otros regalos de la trama, como un tratamiento para un trasplante de cabello.

Steegmann quiso hacerse con la compra de todos los tubos necesarios para completar las canalizaciones, pese a que solo había conseguido el contrato de uno de los cuatro lotes de una forma indirecta, a través de un acuerdo privado con Avance y Desarrollo de Obras. En uno de los pinchazos le dice a un empleado que la tubería tenía que dársela a Noksel «sí o sí». «Tanto la Confederación como Acuamed quieren que se la demos a Noksel», apostilló. El empleado le recordó que no eran adjudicatarios de la obra, lo cual no supuso ningún obstáculo para los planes de Steegmann. Este ya tuvo problemas en la fase anterior, cuando se compraron los tubos a la empresa de Vitoria a un doble precio y con un sobrecoste al parecer de 200.000 euros. Dijo entonces que le habían obligado a hacerlo (probablemente desde Acuamed) y que por eso trató de resarcirse en la liquidación, como publicó ayer La Verdad.

«Te hago un papelillo»

En esta ocasión, el contratista pretendía controlar la compra conjunta de los tubos para los cuatro tramos. El 21 de agosto del año pasado, llamó a Manuel, director comercial de Noksel, «para negociar a espaldas del resto contratistas adjudicatarios de los tramos de emergencia que completarían la conducción de la obra de emergencia», según la UCO. Ambos quedaron en que le bajara el precio, sin que los demás contratistas se enteraran. El representante de Noksel le comentó que «le ponga todos los contratos a 90 para que nadie se entere del precio real al que se lo deja a Nicolás...»

Las negociaciones entre ambos siguieron en septiembre, tratando de que no se filtrara el precio que estaban pactando. Steegmann le dijo al directivo de Noksel que le valía su palabra, pero que «el dueño es el turco». Le contestó que se tomarían una cerveza esa semana «para que te quede la referencia del turco de que está todo confirmado y si tenemos que hacer un papelillo se hace contigo». Steegmann le propuso que ese papel lo guarde él y que no le vea Juan Carlos (en referencia a Gibert), para que no se filtre...».

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