![La 'banda de los encapuchados' podría estar detrás de 70 robos](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/pre2017/multimedia/noticias/201604/16/media/97125740.jpg)
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Alicia Negre
Sábado, 16 de abril 2016, 01:31
La 'banda de los encapuchados' ya es historia. Los once presuntos miembros de esta organización, que atemorizó durante meses a los vecinos del Campo de Cartagena, ingresaron ayer en prisión por orden del Juzgado de Instrucción número 4 de Cartagena. Los supuestos integrantes del grupo, considerado «el más violento» de las desmantelados en la Región en los últimos años, están acusados, por el momento, de 14 asaltos a negocios y viviendas de la comarca. La Guardia Civil está convencida, sin embargo, de que en los próximos meses los investigadores podrán demostrar que sus integrantes se encuentran detrás de muchos más robos, hasta 70 golpes, que les habrían proporcionado un botín valorado en más de un millón de euros.
E.B.C. Marroquí, 30 años.
C. C. Argelino, 29 años.
A. B. M. L. Española, 31 años.
B. J. Marroquí, 30 años.
A.E.K. Marroquí, 21 años.
M. E. B. Marroquí, 23 años.
Z. Y. Marroquí, 28 años.
A. R. Marroquí, 45 años.
M. J. Marroquí, 36 años.
T. K. Marroquí, 25 años.
B. H. Marroquí, 39 años.
Los once supuestos componentes de la banda más buscada de los últimos meses llegaron ayer a los juzgados de Cartagena a primera hora. Lo hicieron a bordo de un autobús -de los utilizados para la conducción de presos- y en medio de un amplio dispositivo de seguridad con decenas de agentes de la unidad de Seguridad Ciudadana -los 'linces'-. Son nueve marroquíes, un argelino y una mujer española, compañera sentimental de uno de los supuestos cabecillas, que fueron trasladados a prisión a primera hora de la tarde.
Los 'encapuchados' habían fijado su base operativa en viviendas de Torre Pacheco, Los Dolores y las diputaciones cartageneras de Pozo Estrecho y La Palma, donde estos últimos días se han llevado a cabo hasta nueve registros. Un imponente despliegue de agentes, algunos de ellos de la Unidad Especial de Intervención (UEI), impidió que tres de los sospechosos, que trataron de darse a la fuga corriendo por los tejados, lograran su objetivo.
La mayoría de los integrantes de la organización eran, al parecer, delincuentes habituales que contaban con un amplio historial delictivo. Tanto es así que uno de ellos acumulaba la friolera de hasta 168 delitos imputados anteriormente, según explicó el comandante jefe del departamento de Delincuencia Organizada de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Manuel Robles. Este grupo sobrellevó el peso de la 'Operación Estibador' junto a la Policía Judicial de Murcia. Otros dos supuestos integrantes de la banda cumplían condena en un centro penitenciario, pero aprovecharon un permiso para darse a la fuga.
Inmersos desde hace años en el mundo de la delincuencia, los miembros de la organización habían ido profesionalizándose. Pasaron de cometer robos con fuerza de pequeña entidad a conformar una de las organizaciones con una estructura más definida de las desmanteladas en los últimos tiempos en la Región. El grupo, según explicaron fuentes del cuerpo, estaba liderado por un marroquí, extremadamente violento, que controlaba las tres ramas del grupo. Una de ella, conformada por cinco de ellos, se encargaba de dar los palos y no dudaba en utilizar grandes dosis de violencia para lograr su objetivo. Son los cinco encapuchados que sembraron el temor en la comarca con su temido aviso: «¡No nos mires a los ojos!».
Tres ramas bien definidas
Dentro de la organización había además otras personas que tenían como función custodiar el dinero sustraído y mover los efectos robados -joyas, aparatos tecnológicos...- en el mercado negro. Otros miembros del grupo asumían las labores de selección de sus objetivos y sometían a estos a vigilancias para poder elegir el momento más oportuno para cometer el asalto. Según explicaron fuentes del cuerpo, estos comprobaban los horarios y rutinas de sus víctimas e incluso la existencia de cajas fuertes, joyas u otros bienes de gran valor en las viviendas.
Algunos de estos integrantes del grupo eran, además, experimentados conductores, una habilidad que jugaba a su favor. Normalmente, ellos aguardaban a sus compañeros fuera de los comercios o viviendas asaltadas y se encargaban de asegurar una rápida huida. El comandante Robles explicó ayer que la banda nunca utilizaba carreteras principales para escapar tras sus golpes. Los 'encapuchados' huían por los caminos rurales de la comarca, que transitaban, además, de noche y con las luces apagadas, lo que hacía casi imposible su seguimiento.
El botín que los guardias civiles hallaron dentro de las viviendas registradas no hizo sino corroborar su hipótesis de que, efectivamente, se hallaban ante la temida banda. Algunos de los efectos incautados ya se ha podido demostrar que fueron sustraídos en los golpes del grupo, y la Guardia Civil trabajará en los próximos meses en tratar de vincular el resto de los efectos aprehendidos con otros asaltos cometidos en la zona. La labor será ingente. Los agentes hallaron hasta 16 televisores de plasma, cinco ordenadores, una veintena de teléfonos móviles, decenas de relojes y joyas y varios instrumentos musicales provenientes de los robos.
Fingían accidentes de tráfico
El Instituto Armado se incautó, además, de las armas -un revólver con abundante munición y una pistola simulada-y herramientas utilizadas en los golpes y 17 vehículos. La gran mayoría de estos automóviles eran sustraídos por los integrantes de la banda y escondidos hasta que los empleaban para cometer sus asaltos. En ocasiones, el grupo fingía una colisión accidental -por alcance- con un coche y, cuando su propietario se apeaba para ver lo que había ocurrido, aprovechaban para robarle el vehículo. La pasada semana, el grupo sustrajo un coche con este 'modus operandi'.
La Guardia Civil está colaborando, además, con la Gendarmería Real de Marruecos para investigar las posibles inversiones que el grupo podría haber realizado en el país vecino con el botín de los asaltos. La 'Operación Estibador' aún sigue abierta y no se descarta que se produzcan más arrestos en las próximas semanas.
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