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Ricardo Fernández
Jueves, 4 de febrero 2016, 01:51
Nunca llueve a gusto de todos. Pero el auto aclaratorio dictado ayer por la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia, Brígida Gil Páez, a uno le va a saber a agua de mayo y a otro le va a sentar como una granizada en pleno periodo de recolección. Porque con su resolución quien por ahora se queda liberado de la imputación en el 'caso Rotondas' es un alto funcionario del Ayuntamiento de Murcia, Juan Antonio Blanco, y su lugar pasa a ser ocupado por el reputado artista Alfonso Albacete, quien ya se encuentra formalmente investigado por ese órgano judicial.
En el escrito hecho público ayer, la magistrada pone de manifiesto que en el anterior auto dictado sobre el 'caso Rotondas' se deslizó un error involuntario, que motivó que el mencionado funcionario, Juan Antonio Blanco, fuera señalado como imputado y se le citara a declarar el próximo marzo. Una decisión que se extendió al exconcejal de Urbanismo de Murcia Fernando Berberena y a quien fue su cuñado, el galerista José Fermín Serrano, dueño de la sala La Aurora.
Pues bien, en la aclaración emitida ayer, la juez expone que es el artista Alfonso Albacete quien, en esta primera ronda de imputados, debe sumarse a Berberena y a Serrano, y no Juan Antonio Blanco, quien por el momento queda al margen de la investigación judicial.
Como ayer publicó 'La Verdad', la instructora considera de manera indiciaria que la instalación en una rotonda de Juan de Borbón de la obra de arte 'Horátholos', firmada por Alfonso Albacete, habría respondido a una decisión personal del entonces concejal Berberena, y que la contratación se habría realizado mediante la intermediación de su entonces cuñado, José Fermín Serrano. Por este conjunto escultórico se habrían abonado 214.000 euros al artista, pese a que las investigaciones policiales apuntan a que este se limitó a realizar un esbozo y «unas maquetas de marquetería y corcho blanco». Siempre según la juez, habría sido la empresa La Generala, que tenía la concesión para construir esa rotonda, la que se habría encargado de construir y montar la escultura, y los pagos a esta firma se habrían camuflado en partidas inconcretas o genéricas como la que indicaba «toneladas de acero».
Unas sospechas sobre las que Berberena, Serrano y Albacete serán interrogados en marzo.
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