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El letrado murciano Fermín Guerrero junto a su representada, la policía local Raquel Gago, en una de las sesiones del juicio por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León. Detrás, la otra acusada, Monserrat González.
Guerrero no aclara su desaparición, pero asegura que fue «voluntaria»

Guerrero no aclara su desaparición, pero asegura que fue «voluntaria»

La ausencia del letrado murciano, buscado durante horas, obliga a suspender el juicio por el crimen de la presidenta de la Diputación de León

LA VERDAD / EFE

Jueves, 28 de enero 2016, 01:44

El abogado murciano Fermín Guerrero se convirtió ayer, muy a su pesar, en el protagonista indiscutible de la sexta jornada del juicio por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco. La sorpresiva incomparecencia del letrado, que se encarga de la defensa de la Policía Local Raquel Gago, obligó a suspender la vista y puso sobre la mesa un interrogante que aún no ha quedado totalmente resuelto.

Tras largas horas de búsqueda por parte de la Policía, Guerrero apareció junto a su coche, en el centro de León, con «signos de desorientación». Fue conducido a Comisaría, donde el abogado prestó una declaración algo «confusa», en la que no llegó a revelar las causas que le llevaron a no comparecer en el juzgado. Sí aclaró que su ausencia fue «voluntaria», pero no ofreció más detalles sobre dónde se encontraba o qué le llevó a faltar a esta nueva jornada del mediático juicio.

Las primeras dudas sobre el paradero del letrado murciano surgieron en torno a las nueve de la mañana, cuando estaba previsto que diese comienzo una nueva sesión del juicio por el asesinato de Carrasco. En esta jornada debían pasar por la sala una decena de testigos, entre ellos, los dos hermanos y la pareja de Gago, algunas de las amigas que estaban presentes en el momento que esta encontró el arma en el interior de su coche y varios policías. Una sesión especialmente importante para la policía local imputada.

Tras numerosos intentos de dar con Guerrero y dos horas de tensa espera, el presidente del tribunal, Carlos Álvarez, suspendió la sesión e instó a la Policía a realizar indagaciones para tratar de dar con él cuanto antes. La ley establece que, en estos casos, no se puede alargar la espera más de cuatro días. En esas circunstancias se tendría que disolver el jurado y repetir el juicio, desde el principio, con un nuevo tribunal popular.

Esta contundente medida no fue, finalmente, necesaria. El paradero de Guerrero dejó de ser una incógnita en torno a las tres de la tarde, cuando la Policía lo localizó junto a su coche en el centro de León. En el transcurso de ese tiempo, los agentes se afanaron en la búsqueda del jurista. Al parecer, según revelaron fuentes cercanas a la investigación, un familiar del letrado ya había alertado de su desaparición en torno a las cinco de la madrugada.

En hoteles y hospitales

Los agentes encargados de este caso acudieron en primer lugar al piso que Guerrero había alquilado en León para las semanas que dure la celebración del juicio por el crimen de Carrasco. Tras entrar en la vivienda y no dar con el abogado, según explicaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno, los policías comenzaron a buscar en otros lugares. Tras confirmar que Guerrero no se encontraba ingresado en ningún hospital, las pesquisas se centraron en los hoteles de la ciudad. Los investigadores trataron, asimismo, de localizar su vehículo en los aparcamientos de la ciudad.

El letrado José Ramón García, defensor de las otras dos acusadas Montserrat y Triana, explicó que el martes estuvo comiendo con Guerrero y que, alrededor de las 17.30 horas, se despidieron. Su compañero le comentó que esa misma tarde, sobre las siete, tenía previsto quedar con Gago para preparar esa nueva sesión del juicio, pero, al parecer, no llegó a esa cita.

Las indagaciones para tratar de dar con el abogado murciano revelaron que su teléfono móvil estaba apagado, o fuera de cobertura, y que su última conexión al servicio de mensajería de WhatsApp se había producido a las 19.04 horas del martes.

La desaparición del letrado murciano disparó todas las alarmas. Tanto que cuando la Subdelegación del Gobierno de León confirmó en torno a las tres de la tarde que Guerrero había sido localizado sano y salvo, el alivio fue mayúsculo. Rápidamente fue trasladado por la Policía a la comisaría de la Avenida de Fernández Ladreda de la capital leonesa para aclarar lo ocurrido, pero lo cierto es que el letrado ofreció más preguntas que respuestas. Según precisaron fuentes de la investigación, respondió fundamentalmente con monosílabos y tenía lagunas de memoria, además de negarse a aclarar dónde había estado durante las últimas horas.

Una vez concluida su declaración, Guerrero abandonó la Comisaría ya que sobre él, aclararon las fuentes, no pesaba cargo alguno. Pidió, no obstante, que su salida de las instalaciones policiales se produjese en un vehículo de la Policía para eludir a los medios de comunicación que se encontraban en el exterior.

El juez citó en la tarde de ayer a las partes, incluido Guerrero, para abordar el tema. La vista continuará hoy con la declaración del marido y padre de las principales acusadas, Montserrat González y Triana Martínez.

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