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Javier Pérez Parra
Miércoles, 13 de mayo 2015, 12:58
Las resistencias a los antibióticos que están generando las bacterias por el abuso en el consumo de estos fármacos se han convertido en una preocupación de primer orden para la comunidad científica y la Organización Mundial de la Salud (OMS). El jefe de Medicina Preventiva del hospital de la Vega Baja, el abanillero José María López Lozano, y el economista de la salud César Nebot, profesor en el Centro Universitario de la Defensa de San Javier, acaban de plantear en un artículo publicado en el 'British Medical Journal' una hipótesis que puede convertirse en una gran ayuda para afrontar el problema. Según los investigadores murcianos, que han colaborado en este estudio con colegas del Hospital Universitario de Aberdeen, en Escocia, las resistencias a un antibiótico aumentan cuando se supera un umbral de consumo que puede determinarse mediante cálculos estadísticos.
Las infecciones hospitalarias afectan
aproximadamente a entre un 5% y un 6% de los pacientes ingresados. Ese porcentaje puede superar el 25% en las UCI.
El estafilococo aureus (MRSA)
es uno de los agentes infecciosos más habituales, también dentro de los hospitales. Entre el 10% y el 30% de los pacientes críticos (ingresados en UCI) que se ven infectados por esta bacteria desarrollan resistencias.
Para controlar la aparición de resistencias,
los investigadores plantean que se puede calcular el umbral a partir del cuál el uso intensivo de un antibiótico aumenta el riesgo de que el fármaco se vuelva ineficaz.
«En los hospitales hay un uso intensivo de antibióticos en servicios como la UCI. Cuando ese consumo llega a un umbral, empiezan a aumentar las resistencias bacterianas entre los pacientes», explica el economista César Nebot, quien aparca durante unas horas la campaña electoral -es candidato a la presidencia de la Comunidad Autónoma por UPyD- para explicar a 'La Verdad' las conclusiones del estudio. Este hallazgo, que se plantea tras analizar miles de datos sobre consumo de fármacos y sobre resistencias bacterianas en pacientes ingresados en el hospital de Aberdeen, será ahora cotejado en un estudio más amplio en el que participarán seis hospitales de toda Europa, entre ellos el de la Vega Baja, en Orihuela.
El germen elegido para la investigación fue el estafilococo aureus (MRSA), uno de los culpables más habituales de las infecciones hospitalarias. El MRSA llega a generar resistencias en entre un 10% y un 30% de los pacientes afectados, advierte José María López Lozano, jefe de Medicina Preventiva del hospital Vega Baja. «Lo más importante para controlar las infecciones es el lavado de manos y las medidas de prevención», aclara Lozano. Pero incluso tomadas todas las precauciones, evitar por completo la acción de los gérmenes en los hospitales y las resistencias es como poner puertas al campo.
Sin embargo, si fuese posible, como plantea el artículo del 'British Medical Journal', calcular la cantidad de cada antibiótico que se puede utilizar sin correr el riesgo de convertirlo en ineficaz, el avance sería enorme. Así, se podría saber, por ejemplo, cuántas prescripciones de amoxicilina al mes son seguras. Al llegar al umbral considerado como límite, los médicos empezarían a sustituir la amoxicilina por otro antibiótico.
Una aplicación para el médico
Nebot y Lozano han creado una página en internet, 'web resist', y preparan una aplicación que permitirá al médico de cualquier servicio de Urgencias o de UCI calcular cuál es el germen más habitual para determinada infección y qué antibióticos son los más eficaces y con menos riesgo de resistencias para cada caso. En un futuro, y si se confirman los resultados de la investigación, se podría calcular también con esa aplicación los umbrales a partir de los cuales debe sustituirse un fármaco por otro para no provocar en el ecosistema del hospital la generación de resistencias bacterianas.
José María López Lozano lleva quince años trabajando en este campo. Ya en el 2000 publicó un artículo junto con Dominique Monet, del Centro de Prevención y Control de Enfermedades Europeo, que planteaba que a más consumo de antibióticos, más resistencias. Ahora, sin embargo, la hipótesis se ha afinado: mientras no se supere un consumo determinado, el riesgo no crece. «Nuestro enfoque es novedoso porque introducimos técnicas econométricas, estadísticas, para calcular esos umbrales», explica el economista César Nebot. Han abierto una puerta esperanzadora para resolver un problema que amenaza con enterrar uno de los grandes avances de la medicina: la curación de las infecciones bacterianas a partir del descubrimiento de la penicilina.
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