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Javier Pérez Parra
Jueves, 7 de mayo 2015, 13:03
Las mujeres en edad fértil a las que se les diagnostica un cáncer pueden desde hace años mantener la expectativa de ser madres gracias a la vitrificación de sus ovocitos, que extraídos previa estimulación y libres de los efectos devastadores de la quimioterapia, pueden después ser fecundados in vitro. Sin embargo, hasta ahora no había opciones cuando la paciente afectada por algún tratamiento o intervención quirúrgica que conlleva infertilidad no había alcanzado la pubertad. Pero esto ha empezado a cambiar con la criopreservación de tejido ovárico, una técnica experimental cuyos resultados no están todavía claros y sobre la que hay que mantener todas las cautelas.
El servicio de Cirugía Pediátrica del hospital Virgen de La Arrixaca ha llevado a cabo la primera extracción de tejido ovárico en la sanidad pública regional. La paciente, una niña de cuatro años, fue operada de un rabdomiosarcoma pélvico, un tumor que se desarrolla en los músculos adheridos a los huesos. Ante la posibilidad de que en el futuro la paciente, sometida a radioterapia y quimioterapia, tuviese problemas de infertilidad, los cirujanos decidieron extirpar una muestra de corteza ovárica. «El tejido se criopreserva en nitrógeno líquido, de forma que cuando la paciente sea adulta tenga opciones de ser madre», explica Óscar Girón, cirujano de la sección de Oncología y Tórax del servicio de Cirugía Pediátrica de La Arrixaca.
Para ello, se llevaría a cabo un autoinjerto del tejido ahora extraído para favorecer la hormonación ovárica y obtener los ovocitos. Pero el éxito no está ni muchos menos asegurado, advierte Jesús Álvarez, jefe de la Unidad de Reproducción Asistida de La Arrixaca. En todo el mundo se han producido menos de 50 nacimientos mediante esta técnica. En España, solo La Fe (Valencia) y San Juan de Dios (Barcelona) han puesto en marcha programas para la criopreservación de tejido ovárico. De momento, La Arrixaca ha realizado esta técnica de forma puntual y no contempla todavía su generalización.
Las niñas sometidas a quimioterapia sufren menos problemas de fertilidad que las mujeres adultas, por lo que en realidad su utilidad se circunscribiría a casos concretos. Los científicos están trabajando también en la criopreservación de tejido testicular para asegurar la paternidad de varones que no han alcanzado la pubertad, pero los resultados van en este caso por detrás. El año pasado, la Universidad de Yokohama (Japón) logró que un ratón tuviese descendencia a partir de una muestra de su tejido testicular recogida cuando era recién nacido.
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