

Secciones
Servicios
Destacamos
J.A.G
Lunes, 2 de febrero 2015, 13:19
¿Es lógico que alguien con 55 años y cinco hijos, con una pensión de invalidez como único ingreso declarado y sin una gran herencia a sus espaldas tenga en propiedad cuatro dúplex y un chalé? ¿Puede alguien disfrutar de todo ese patrimonio sin levantar la sospecha de las autoridades? A la vista de la macrooperación contra el tráfico de hachís culminada esta semana por la Guardia Civil, la Gendarmería francesa y el Arma de Carabinieri, aunque la última palabra será de los jueces, en el caso de Pedro Moreno Fernández, alias 'el Gasolinas', la respuesta de los agentes de la ley parece es sencilla y contundente: «No».
De primeras, algo no cuadraba en el «desfase» entre el dinero percibido de forma regular por este conocido vecino del barrio cartagenero de San Ginés y el «importante patrimonio que atesoraba», en palabras de uno de los 'sabuesos' que siguieron la pista al hombre acusado de liderar una banda que operaba en España, Francia e Italia.
Conforme avanzaron las investigaciones para tratar de abortar la entrega de una gran partida de 'chocolate' en Roma, los agentes fueron recabando indicios que apuntalaron la tesis de que el nivel de vida de Pedro no era fruto sino de su actividad como capo de la droga.
Cuando, en el comunicado de prensa que distribuyó el pasado jueves, se refirió a él como un viejo conocido de las fuerzas de seguridad por su relación con el narcotráfico, la Comandancia del Instituto Armado en la Región de Murcia aludía de forma velada a un historial que remite a otra supuesta fuente de enriquecimiento ilícito: el blanqueo de dinero procedente de la cocaína.
Según fuentes conocedoras de su trayectoria, por posesión de 'polvo blanco' Pedro fue arrestado en 2002 junto a una colombiana con la que, posteriormente, siguió manteniendo una relación tan estrecha que los especialistas en la lucha antinarcóticos la consideran clave en la organización ahora desmantelada.
«Él era el jefe. Pero como sus métodos eran rudimentarios, porque por ejemplo no utilizaba las nuevas tecnologías, y además tenía unas formas bruscas e intimidatorias y también repentinos cambios de humor, necesitaba a alguien que le hiciera de relaciones públicas. Y ése era el papel de esta mujer», explican fuentes del caso.
Una relaciones públicas
También se valía de un ciudadano de origen venezolano para captar potenciales compradores en tierras italianas, y de transportistas o «soldados» para meter la droga en España; moverla por Valencia, Barcelona y Galicia; y, en el salto internacional que ya había dado, ocultarla en Rouen, una ciudad 135 kilómetros al noroeste de París, y buscar cómo colocarla (no lo logró) en Alemania, Bélgica e Inglaterra.
Tan mal carácter y fama de «tipo duro» en el negocio le atribuyen a 'El Gasolinas' quienes han rastreado a fondo su lado más oscuro, como cortesía y «mentalidad de patricarca gitano», siempre vigilante para poner orden entre los suyos y evitar líos en el barrio, le asignan quienes le han tratado en el vecindario.
Más allá de algún roce ocasional y leve propio de cualquier comunidad, no se conoce un motivo de conflicto en su zona protagonizado por él o por alguien de su clan.
Otra cosa, advierten quienes se han acercado a la figura de este calé casado, bajo, muy moreno de piel y con pelo ya escaso frente a las 'tracas' que lucía en su juventud, es que él se cubriera las espaldas por si había 'movida' por temas de más enjundia.
Porque, cuando la aguerrida unidad de los 'linces' entró a saco en su casa de la calle Estrella Orión a principios de noviembre para detenerlo (las redadas se hicieron entonces pero la 'Operación Teodosio-Picoteo' se ha cerrado este mes), los agentes se quedaron estupefactos.
Ni esta vivienda ni la de uno de sus hijos, un hombre de unos 30 años arrestado a pocos metros también por participar en la red, estaban blindadas con puertas de seguridad. Había dinero en metálico, pero no parecían ser garitos.
Sin embargo, el presunto cabecilla de la trama guardaba en un armario ropero una pistola ametralladora. Si disponer de un arma así ya es algo infrecuente, al menos entre los narcotraficantes que operan en la Región, hacer hueco en el dormitorio a una metralleta modelo Scorpión rompe cualquier expectativa. Porque se trata de un arma de guerra, empleada en el conflicto de los Balcanes en los años noventa.
En palabras de alguien que conoce bien el hampa de las drogas, «por mucho dinero que tengas, es un arma muy difícil de conseguir. Hacen falta muy buenos contactos, porque procede de la antigua Yugoslavia o de algún país del Este de Europa».
La sombra de 'El Solitario'
Fuera cosa de capricho o de efectividad (al hijo le decomisaron una pistola convencional), Pedro tenía en casa en el momento de su caída una auténtica máquina de matar.
La rápida actuación de los guardias, que detuvieron a otras seis personas en registros simultáneos en el Puerto de Mazarrón y Barcelona (los 'carabinieri' echaron el guante a otras dos en una casa de campo de la capital italiana), sorprendió a Pedro.
Los agentes decomisaron 6 coches de alta gama, los jueces bloquearon 250.000 euros en varias cuentas bancarias y el organismo de la Unión Europea Eurojust se apuntó un éxito. Eso sí, mirando de reojo la munición de fuego real y el subfusil incautados, hasta el más bragado respiró hondo: «Con uno parecido, 'El Solitario' mató a dos guardias en Navarra. Eso te saca cien balas de una ráfaga».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Especiales
Así se desbocó el urbanismo en La Manga
Fernando López Hernández
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.