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Acrobacias en la trastienda

Garre se sintió presionado por Campos con el comunicado de los empresarios del día 14; fue el detonante de la crisis. En una reunión clave del pasado viernes se constató que el 'plan B' era inviable porque Sacyr no ofrecía ninguna garantía financiera

Manuel Buitrago

Miércoles, 3 de diciembre 2014, 12:00

El detonante que provocó la dimisión de Manuel Campos y la crisis de Gobierno se produjo en una reunión convocada por el exconsejero a la que asistieron dirigentes empresariales y de Aeromur, para sacar un comunicado urgiendo a la apertura del aeropuerto. El Gobierno lo entendió como una medida de presión, amén del tirón de orejas. El comunicado salió el viernes 14, coincidiendo con el acuerdo del Consejo de Gobierno facultando a Campos para iniciar las negociaciones con Aeromur.

  • 1. Ultimátum y nuevo concurso

  • Si se rompe con Aeromur se sacará el concurso. En el pliego se especificará que hay que asumir a los trabajadores de San Javier y compensar a Aena por el cierre. Aena concursará, lo cual apunta a que explotará Corvera. El cálculo más optimista son ocho meses.

  • 2. Reclamar la deuda a Sacyr y sus socios

  • La Comunidad reactivará el expediente para reclamar a Sacyr y sus socios (BMN, SabadellCAM, Infucapital, Cementos la Cruz y Montoro e Hijos) la deuda tributaria de 182 millones de euros. Varios socios pidieron salir el año pasado.

  • 3. Volver a certificar el aeropuerto

  • El proceso de certificación del aeropuerto tendría que reiniciarse, sobre todo en los servicios y operaciones con el personal ya asignado, en el supuesto de que dejen de ser los mismos que ahora. Si se aplica la nueva normativa europea se pueden retrasar los trámites.

El Ejecutivo recibió la misiva con malestar, el cual dejó traslucir Garre ese mismo día por la noche en un acto de Enae, donde comentó que no iba a transigir con Sacyr por las noticias que le iban llegando: la pretensión de no pagar el principal del aval hasta el final de la concesión, con cinco años de carencia para afrontar el abono de intereses. Desde algunas instancias se podía interpretar como una ayuda de Estado por los aplazamientos que se concederían al consorcio, con lo cual existía el peligro de que volviera a intervenir la Dirección General de la Competencia. Con más motivo, el Gobierno regional no quiso enfrentarse a ese riesgo.

Viendo los derroteros que iba tomando el asunto, el viernes siguiente, día 21, se produjo una reunión interdepartamental de consejeros y altos funcionarios de la Comunidad Autónoma para intentar una puesta en común. Se preguntó qué garantías pensaba ofrecer Aeromur para recuperar el contrato y tratar de abrir el aeropuerto, y Campos contestó que ninguna, lo cual disparó definitivamente las alarmas. Todos excepto Campos llegaron a la conclusión de que el 'plan B' era inviable en esas condiciones y que estaba condenado al fracaso.

Previamente, el presidente Garre solicitó una reunión con la ministra Ana Pastor, que quedó fijada para el pasado lunes. Tenía interés por conocer si Aena se presentaría al concurso en el caso de que se tomara esa vía, y la respuesta de la ministra fue afirmativa. Las consecuencias ya se conocen. Un mes antes tuvo lugar otra reunión del mismo cariz, para calibrar el éxito de las alternativas que había encima de la mesa. Antes y ahora planearon otras consideraciones: la advertencia de la Comisión Europea de que no podían operar dos aeropuertos en un radio de 30 kilómetros; y por otro lado la postura del Ministerio contrario a facilitar la apertura de un aeródromo privado cerrando otro público, y menos si el beneficiario no se hacía cargo de los 80 trabajadores de San Javier y de indemnizar a Aena.

Tres opciones abiertas

El Gobierno regional sostiene que, a día de hoy y en el plano formal, siguen abiertas las tres opciones: el pronunciamiento de la UE al préstamos participativo, sobre el cual se tiene pocas esperanzas; las negociaciones con Sacyr, que ayer recibió un ultimátum para dar garantías en el plazo de una semana, y que también ofrece malas sensaciones; y en tercer lugar el concurso para licitar la explotación del aeropuerto, que es la alternativa que probablemente se va a imponer con el 'salvavidas' de Aena.

El concurso en ciernes llevará implícito un pliego de condiciones similar al que se preparó el año pasado: el nuevo gestor tendría que hacerse cargo de los trabajadores de San Javier y satisfacer la reclamación de Aena. Previamente habrá que realizar una liquidación del contrato de Aeromur que le fue retirado en septiembre del año pasado. El resultado de esa liquidación marcará los condicionantes financieros del futuro operador. Si es Aena, habrá que encajar sus intereses en San Javier con el contrato de explotación.

Empezar casi de cero

Aquí entra en juego la deuda tributaria de 182 millones que la Comunidad Autónoma le reclamó a Sacyr y sus socios. El expediente que inició Juan Bernal a principios de año, y que quedó en suspenso en aras a un acuerdo, volvería a reactivarse. No es una decisión política, sino marcada por la ley.

La fórmula final que se adopte está por ver. Incluso Sacyr y sus socios, juntos o por separado, pueden integrarse en una nueva sociedad mixta que explote las instalaciones. En cuanto a las certificaciones ya realizadas en el aeropuerto, varias fuentes apuntan que habría que empezar de cero en muchos procedimientos, sobre todos aquellos que implican al personal de operaciones y emergencias, que pueden no ser los mismos si cambia el gestor aeroportuario. Sacyr ha contratado hasta ahora a una veintena de técnicos.

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