![«La obra pública se reactivará en los próximos meses porque entramos en un año electoral»](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/pre2017/multimedia/noticias/201409/01/media/72242086.jpg)
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FERNANDO PERALS
Lunes, 8 de septiembre 2014, 12:05
Luis Fernández Mula (Murcia, 1958) es presidente de la Federación Regional de Empresarios de la Construcción de Murcia (Frecom) y ostenta la vicepresidencia de la Confederación Regional de Organizaciones Empresariales (Croem). Gerente de Azuche 88, no encuentra explicación a por qué, «a diferencia de la murciana, si se divisan las costas de Almería y de Alicante se observan cientos de grúas. Es que algo se está moviendo en otras provincias limítrofes, a diferencia de nosotros, que estamos paralizados». La situación la demuestra con datos: «En la actualidad, estamos al nivel de los años 60. En la época de bonanza, más de 180.000 trabajadores estaban empleados en la construcción; ahora apenas hay 60.000. Esas cifras no las volveremos a ver».
-El pasado año se produjo una importante desaceleración de la contratación de obra pública, con un retroceso de la producción del 5,6%. ¿Ha remontado este año?
-No, el volumen del número de licitaciones actuales es realmente bajo. Las empresas vivimos de la producción y de la contratación de estos trabajos. La construcción ha sido duramente castigada por la crisis desde 2007. Estamos convencidos de que la atenuación de los altísimos niveles de paro que tiene la Región se verán minimizados por el impulso de nuevos concursos de obra pública, además de por el flujo del crédito de las entidades financieras. Somos un sector que aporta una gran cantidad de mano de obra de forma inmediata.
-¿Qué Administración solicita más trabajos?
-La Comunidad Autónoma, a través de algunas consejerías como Educación, que está poniendo en marcha varios proyectos de licitación pública. Sanidad y Agricultura son también inversoras en este tipo de obras. Algunos ayuntamientos también, pero nunca al nivel necesario. Seguro que en los próximos seis meses se reactivará la obra pública en la Región porque entramos en año electoral. Tradicionalmente, porque es lo políticamente correcto, volverán a ver la luz proyectos que están aparcados y aumentarán los encargos. Pero en ningún caso a los niveles de los años del 'boom' urbanístico.
-¿Fiscalizan ahora más que antes las entidades locales las ofertas de contratación debido a las dificultades económicas por las que atraviesan?
-Más que fiscalización, las empresas tenemos que ir a la baja para ser adjudicatarias de las obras, lo que al final distorsiona el objetivo final. Los trabajos tienen sus precios y realizar bajas extremas no nos lleva a ningún sitio. La Administración también debe buscar los mecanismos en los pliegos de condiciones para que las bajas no sean desproporcionadas. Las cosas tienen sus precios y nos debemos ajustar a los mismos. Al final, esas bajas temerarias que los contratistas hacen y las administraciones aceptan tienen una repercusión directa en el resultado final de la obra.
-Una de las mayores quejas es la morosidad en los pagos, lo que convierte en un suplicio la supervivencia de las compañías. ¿Ha mejorado o sigue dependiendo el futuro del alto número de impagos?
-La alta morosidad de la Administración es histórica y viene de años atrás. Bien es cierto que el Gobierno estableció unos planes para reducirla con los proveedores y que ya se han ejecutado. Gran parte de los contratistas que decidieron acogerse al proyecto, renunciando a los legales intereses de demora, han cobrado. No es menos cierto que, debido a esos retrasos, muchas empresas se han visto abocadas a desaparecer. Confiemos en que todos seamos capaces de moderar estas situaciones y en que cada uno se gaste el dinero que tiene. La obra pública es totalmente necesaria para reactivar el sector de la construcción. Los altos índices de paro que la Región está sufriendo se verán reducidos cuando se active.
-¿Ha habido denuncias en los juzgados para reclamar las deudas?
-No ha sido la tónica general, porque a las empresas les interesa sobre todo cobrar, aunque sea renunciando a una parte, antes de verse abocadas a una situación concursal o un cierre.
-¿Frenan las normas medioambientales, como el proyecto europeo Red Natura, a las empresas?
-Indiscutiblemente. Las estrictas normas medioambientales que tenemos en esta Región detienen considerablemente la inversión. El empresario lo que quiere es generar negocio, tener una numerosa plantilla de empleados y trabajar en su comunidad. Resulta muy llamativo que otras zonas del Estado den más facilidades a la hora de emprender. No somos ningún depredador del medio ambiente, el empresario lo respeta.
-¿Cuántas sociedades pertenecientes a la construcción quedan?
-Dentro de la federación regional existen unas 200 empresas, cuando en 2006 rondábamos el millar. Estas cifras son alarmantes. Yo recomendaría a todas las compañías pertenecer a los sectoriales de la Croem, porque la confederación juega un papel importantísimo.
-Muchos sectores miran al exterior para desarrollarse y lograr los contratos que aquí no existen. ¿Está el de la construcción logrando expandirse fuera de nuestras fronteras?
-La internacionalización de las empresas ha supuesto un revulsivo y una vía de escape a la situación que ha vivido esta Región y este país. Pero exportar producto con la dificultad que tiene es mucho más fácil que internacionalizar el 'know how'. Las compañías murcianas de la construcción que tienen mucha experiencia en la Región exportan el conocimiento, que es innato e intangible. Pero al final, quienes consiguen en el exterior los contratos son las grandes constructoras. Sobre todo, cuando la internacionalización no nace como una necesidad de expansión, sino para solucionar los problemas generados aquí. Entonces se junta una mezcla tremendamente explosiva para este tipo de compañías. Casos de éxito yo no conozco, pero algunos hemos intentado esta internacionalización, aunque sin el éxito deseado.
-¿Está fluyendo el crédito de las entidades financieras a las empresas constructoras?
-El crédito a la construcción sigue estando muy bloqueado, no como en otros ramas productivas. Estamos con una tremenda falta de financiación y apoyo a los proyectos de nuestras empresas. Esperemos que toda esta inercia que se está generando de cambio en el país sirva para que los bancos colaboren como antes de la recesión. De todas formas, no podemos estar sumidos en una queja permanente y en una depresión constante. La percepción de nuestro sector no es tan positiva como dictan a veces los políticos. Además, las empresas murcianas están preparadas para cuando se inicie el cambio de tendencia.
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