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Alicia Negre
Viernes, 27 de junio 2014, 01:41
El Consejo Económico y Social (CES) de la Región tiene claro que el momento de las políticas de austeridad ya ha pasado. En su vigesimoprimera memoria anual, este órgano consultivo, que conforman las organizaciones empresariales y sindicales de la Región, aboga porque «las profundas políticas de austeridad aplicadas durante los últimos años puedan dejar paso paulatinamente a otras más expansivas». No es la única reivindicación que este colectivo pone sobre la mesa. Clemente García, representante de la Comisión Permanente del Grupo 2, se mostró contundente en su defensa de un nuevo modelo de financiación autonómica. «Murcia», recalcó, «no está en condiciones de esperar más a que se resuelva un nuevo sistema que corrija las deficiencias».
El CES aprobó ayer su memoria anual en un Pleno extraordinario que contó también con la presencia del presidente regional, Alberto Garre. Este documento deja claro, de entrada, que 2013 no fue un año fácil. La economía murciana prolongó su recesión casi con la misma intensidad que el año anterior y «el análisis denota el grave deterioro económico sufrido por el tejido productivo regional en estos últimos cinco años».
García hizo alusión, entre otros parámetros, al Producto Interior Bruto (PIB) y recordó que éste bajó un 1,7%. Es el quinto ejercicio consecutivo de decrecimiento para la economía murciana. Además, según este estudio, Murcia tuvo el dudoso honor de convertirse en la región que más ha divergido con la media española en el último lustro. El PIB por habitante ha sufrido una caída del 12% y está ahora al nivel de 2005. «La crisis aleja el nivel de desarrollo de la Región del español».
El CES apunta como causa de este nuevo deterioro económico las «debilidades intrínsecas de las economías española y murciana». En este sentido, destaca la «baja productividad de la economía», la menor dedicación a la investigación e innovación y la «inferior cualificación de directivos y trabajadores». El consejo lamenta también «la fragilidad de un sistema financiero que mantiene debilitada la financiación empresarial», «un todavía alto endeudamiento del sector privado» y «un déficit presupuestario de las administraciones públicas aún en vías de corrección».
En este sentido, el CES propone diversas medidas para mejorar la situación económica, como el impulso de la industria -especialmente la agroalimentaria- y el turismo y el mantenimiento de la racionalización del gasto público. García llamó la atención, asimismo, sobre la necesidad de plantar cara a dos grandes problemas de la economía murciana: el fraude fiscal y la economía sumergida. «Sin esos fenómenos -advirtió- no estaríamos donde estamos».
Pese a esta situación económica adversa, el consejo reconoce que en los últimos meses del pasado año y en los primeros de éste se comenzó a atisbar «alguna mejora» en la comunidad. Ésta, subraya, se centra «fundamentalmente en el empleo, si bien en sus modalidades más precarias, y en ciertas actividades de la industria y de los servicios». Unos 'brotes verdes' que se suman a la persistencia de la bonanza agraria.
La memoria del CES de este año recoge, además de los apartados habituales dedicados a la economía y el empleo, uno centrado exclusivamente en el gasto privado. En él, el consejo advierte del «preocupante desplome del consumo». Jesús Galiana, miembro del consejo, destacó , en este sentido, la necesidad de que «se corrijan los incrementos impositivos mediante reducciones y se incrementen los salarios». Galiana también destacó el «fuerte recorte» que han sufrido las partidas destinadas a las asociaciones de consumidores, que en los últimos años han retrocedido hasta un 83%.
Las ETT canalizan los contratos
Las peores noticias de esta memoria se recogen, sin duda, en el apartado dedicado al mercado laboral. Antonio Jiménez, secretario general de UGT y miembro del consejo, destacó que en 2013 «empeoró la destrucción de empleo» y se perdieron 20.000 puestos de trabajo. Un batacazo que, recalcó, «afectó más al empleo privado que público».
Jiménez reconoció que en los últimos meses de 2013 y primeros de este año han percibido «leves signos de recuperación», pero remarcó que éstas cifras obedecen a la contratación «precaria, temporal y a tiempo parcial». A lo largo del pasado año la contratación temporal creció un 15%, el mismo porcentaje de caída que registró la indefinida. En este sentido, Jiménez destacó un dato: la mitad de los contratos que se formalizan a día de hoy en la comunidad se hacen a través de empresas de trabajo temporal (ETT).
En la memoria del CES se pone el acento en el hecho de que más de la mitad de los parados murcianos son ya de larga duración, con una cifra cercana a las 120.000 personas. Se trata, advierte el informe, de una «cifra excepcional que progresa año a año» al mismo tiempo que baja la tasa de cobertura de protección por desempleo -algo más de 18 puntos en los últimos tres ejercicios-. A día de hoy, alertó Jiménez, solo el 48% de los desempleados inscritos en las oficinas cuentan con prestación.
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