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A. Noguerol
Viernes, 4 de abril 2025
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha mostrado su preocupación por la decisión de Donald Trump de imponer aranceles adicionales al sector de la automoción europeo en un momento que consideran decisivo para la transformación de esta industria y en un contexto de creciente competencia internacional.
Desde su punto de vista estos aranceles no solo afectarán las importaciones a EE. UU., una penalización que probablemente pagarán los consumidores estadounidenses, sino que las medidas sobre las piezas de automóviles también perjudicarán a los fabricantes que producen automóviles en EE. UU. para los mercados de exportación.
Los fabricantes europeos exportan entre el 50 % y el 60 % de los vehículos que fabrican en EE. UU., lo que contribuye sustancialmente a la balanza comercial estadounidense.
«Los fabricantes de automóviles europeos llevan décadas invirtiendo en EE. UU., creando empleo, impulsando el crecimiento económico en las comunidades locales y generando cuantiosos ingresos fiscales para el gobierno estadounidense», declaró la directora general de la ACEA, Sigrid de Vries. «Instamos al presidente Trump a considerar el impacto negativo de los aranceles no solo en los fabricantes de automóviles globales, sino también en la industria manufacturera estadounidense».
Por eso los fabricantes hacen un llamamiento tanto a la UE como a los EE.UU. para que entablen un diálogo con el fin de encontrar una solución inmediata que evite los aranceles y las consecuencias perjudiciales de una guerra comercial.
La organización ecologista Transport & Environment también ha mostrado su posición en contra de la «guerra de aranceles». Para el director general de la organización en Bruselas, William Todts la postura de Donald Trump sobre los aranceles tiene dos vertientes. Por un lado, cree que los aranceles forzarán la relocalización de la fabricación de automóviles.
Y por otro, «le molesta que los europeos no acepten coches estadounidenses, es decir, le frustra que los coches estadounidenses no se vendan bien en Europa».
Ante esto, desde T&E afirman que «hay una buena razón para ello: generalmente no cumplen con las normas de seguridad y medio ambiente de la UE».
«Tal vez, pensaron los negociadores comerciales, ¿se podría persuadir a Donald Trump de eliminar o reducir los aranceles si le solucionamos ese problema? Así que, en las últimas semanas, funcionarios de la Comisión han estado considerando la idea de eliminar las normas de la UE y equiparar los vehículos estadounidenses, con su menor seguridad y rendimiento medioambiental, a los de la UE», indica la organización.
En este sentido, Todts reclama que el Ejecutivo de la UE no puede considerar «seriamente» abrir las puertas a camionetas como las de la marca RAM, la F150 de Ford y SUV «gigantescos» como los Cadillac Escalade o la Chevrolet Silverado.
T&E sostiene que, con vehículos con frentes tan altos «y contundentes», «no sorprende que las muertes de peatones en las carreteras de EE.UU. hayan aumentado un 83% desde 2009».
Mientras tanto, apunta que Trump «está destruyendo las débiles normas vigentes y cerrando las agencias federales que tienen la capacidad de verificar si las empresas estadounidenses que se autocertifican las cumplen».
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