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Necesitamos a los lobos. Tanto por su función como depredadores en la cúspide de la cadena trófica que regulan las poblaciones de especies silvestres, como ... por su papel cultural desde hace milenios. Y por estos motivos es necesario protegerlos. Estas son algunas de las conclusiones del libro 'El lobo en España', un manual jurídico escrito por el profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Extremadura Pedro Brufao Curiel (San Fernando Cádiz, 1970), experto en normativas ambientales y agrarias.
Brufao, de origen cartagenero, analiza la situación del 'Canis lupus' en la península y los motivos por los que no consigue expandirse al resto de España desde la esquina Noroeste. «Pese a que ya cuenta con protección total, aún se le persigue y se han abatido tantos ejemplares que su expansión desde Asturias, Cantabria, Vizcaya, La Rioja o Burgos hacia el este de España se ha frenado casi en seco. Resulta paradójico que el lobo apenas progrese hacia el sur y hacia el este y que en cambio hayan podido llegar ejemplares a España desde Italia y Francia», se lamenta.
Título 'El lobo en España. Regímenes territoriales de protección'
Autor Pedro Brufao Curiel
Editorial Universidad de Sevilla
Precio 10 € (120 páginas)
El lobo se extinguió en la Región de Murcia hace un siglo, aunque no es descabellado, sostiene este investigador, que el gran carnívoro regrese al Sureste en el futuro. «El lobo divaga por enormes extensiones de terreno. Si se le deja, puede colonizar territorios muy lejanos con manadas estables. Si la protección actual resulta eficaz y se acaba con los problemas del furtivismo, los atropellos, la falta de conectividad entre territorios o la baja variabilidad genética, es muy probable que en pocas décadas puedan volver a verse de nuevo por las sierras de Murcia», augura.
Este especialista en legislación de la biodiversidad pone como ejemplos de éxito en las estrategias de conservación a Francia y Alemania, «donde el lobo se ha expandido a una inusitada velocidad en la última década». Una situación que contrasta con lo que está ocurriendo en España.
En opinión de Pedro Brufao, debido al estado de conservación desfavorable del lobo ibérico, «demostrado con datos científicos en la mano», no es coherente que la legislación actual permita «como una excepción la posibilidad de medidas de extracción y captura, un eufemismo que implica su abatimiento a tiros, lo que no casa muy bien con la jurisprudencia europea».
Evolución de la distribución
del lobo ibérico
Año 1840
1900
1920
1950
1965
1987
Actualidad
Fuente: Ascel y C. Vilà
Evolución de la distribución
del lobo ibérico
Año 1840
1900
1920
1950
1965
1987
Actualidad
Fuente: Ascel y C. Vilà
Evolución de la distribución del lobo ibérico
1920
1950
Año 1840
1900
Actualidad
1965
1987
Fuente: Ascel y C. Vilà
La Comisión Europea, por cierto, estudia una rebaja en la protección de estos carnívoros, medida que está siendo muy criticada por las organizaciones ecologistas y que apoya directamente la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen. «Esa iniciativa parece que responde más a una cuestión emocional y de cálculo electoral que a un proyecto legal basado en las evidencias científicas que rigen la Directiva Hábitats. En todo caso, a tal propuesta le queda mucho recorrido y se enfrenta a una consolidada jurisprudencia del Tribunal Europeo de Justicia», opina.
Acerca de la conflictiva convivencia con la ganadería, el autor de 'El lobo en España' lo tiene claro: «La crisis del sector ganadero nada tiene que ver con el lobo, sino con la aplicación de la Política Agraria Común, la falta de relevo generacional, la ausencia de medidas de protección frente al lobo y los efectos de los actuales mercados agrarios. De hecho, nos encontramos ante una intensificación de una ganadería, que en apariencia es extensiva, que no quiere aceptar la convivencia con el lobo, convivencia que se ha demostrado posible», mantiene.
«De hecho, la ganadería extensiva está también en crisis donde no hay lobos, a pesar del generoso régimen de subsidios ganaderos de la PAC, que cualquiera puede consular libremente en internet, explotación por explotación. En todo caso, si la sociedad quiere que el lobo siga en nuestros montes ha de sufragar sus costes, que no debería soportar el ganadero que de verdad tome medidas efectivas de precaución».
«El lobo ha desaparecido de Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía debido a la pésima gestión ambiental de las enormes fincas de caza con dehesas repletas de ciervos, jabalíes y corzos, que se han convertido en una sucesión de parcelas valladas que compartimentan el territorio; en cambio, hay lobos que campean en eucaliptales gallegos o en maizales castellanos donde el hábitat está muy degradado, lo que demuestra su gran adaptabilidad y que, si se quiere, se puede lograr que se mantengan sus poblaciones», argumenta Pedro Brufao.
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