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Las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) no resultan suficientes para garantizar la supervivencia de especies en peligro de extinción como el águila perdicera, cuya población en la Región de Murcia no consigue pasar de las 25 parejas. Esta y otras rapaces mueren con frecuencia por electrocución o colisión en cables y torretas situados fuera de las áreas donde sí es obligatorio que los tendidos cuenten con medidas de protección, lo que ha impulsado a la Comunidad Autónoma a elaborar un nuevo decreto, anunciado este jueves en el boletín oficial, que ampliará los espacios seguros para la avifauna.
La Región cuenta con 24 zonas ZEPA terrestres, declaradas por la Administración autonómica, que suman 192.912 hectáreas –a estos espacios se suman otros dos marinos, de gestión estatal, que abarcan otras 13.745–. Junto con otros espacios prioritarios, las áreas de protección suponen actualmente 391.972 hectáreas. Con el nuevo decreto, que añade otras 233.705, las aves estarán más protegidas en 625.677 hectáreas, el 55,3% de la superficie regional.
La Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente estima que tres de cada cuatro muertes de aves en tendidos eléctricos se producen fuera de los espacios protegidos específicamente para la avifauna.
Con este proyecto normativo impulsado por la Dirección General de Medio Natural –que corrige los límites recogidos en una orden regional de 2011 y aumenta las medidas previstas en un decreto estatal de 2008– quedará protegida una franja de 1,5 kilómetros alrededor de las zonas ZEPA y aumentarán las áreas prioritarias para aves enespacios naturales protegidos;enclaves con Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN);Lugares de Importancia Comunitaria (LIC); Zonas de Especial Conservación (ZEC);humedales que formen parte del inventario regional; y áreas de dispersión de águila perdicera en las llanuras que se encuentran en las estribaciones de las sierras de Moreras, Almenara, Carrascoy, Columbares, Altaona y Escalona. Quedan excluidas las zonas urbanas e industriales, informa el Gobierno regional.
Los propietarios de los tendidos de alta tensión –compañías eléctricas, particulares, empresas y comunidades de regantes– tendrán la obligación de adecuar estas estructuras para evitar la electrocución de las aves. Los apoyos situados en las torretas son los elementos en los que es necesario actuar principalmente, aislando los conductores desnudos, ya que son utilizados con frecuencia por la avifauna para posarse.
Las rapaces –búhos y águilas reales, ratoneros, águilas calzadas...– son las aves más afectadas por las electrocuciones, y entre ellas las águilas perdiceras son las que más preocupan por su delicado estado de conservación. La Comunidad Autónoma ha registrado la muerte de 42 ejemplares de esta especie amenaza de extinción entre 2012 y 2020, en accidentes localizados en su mayor parte en Murcia, Alhama, Fuente Álamo (Altaona, Escalona, Columbares y Carrascoy), Lorca, Águilas y Mazarrón (Moreras, Almenara y Cabo Cope).
La nueva normativa en proyecto permanecerá en exposición pública durante un periodo de quince días para que los afectados puedan pronunciarse mediante alegaciones.
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