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Alexander von Humboldt. LV
Los pasos perdidos de Humboldt en España

Los pasos perdidos de Humboldt en España

Miguel Ángel Puig-Samper novela la breve estancia en la corte de Carlos IV del célebre naturalista prusiano

Domingo, 26 de enero 2020, 22:56

Desde hace unos días estoy disfrutando con la lectura del 'Diario secreto de Humboldt en España. Paseo por la meseta y los volcanes' (Red Libre Ediciones). Y tan secreto, como que nunca lo escribió. La cuarta entrega de la colección 'Hojas en la hierba' (que dirige el murciano Raúl Gómez) es la recreación de los meses que pasó en la península en 1799 el célebre naturalista prusiano Alexander von Humboldt (Berlín, 1769-1859) antes de embarcarse en su expedición científica hacia las entonces colonias españolas en América, este viaje sí ampliamente documentado. El profesor e investigador del CSIC Miguel Ángel Puig-Samper, miembro de la Real Academia de la Historia, novela con gracia y verosimilitud las andanzas españolas de un personaje clave en el estudio de la Naturaleza y gran precursor de la Ecología como ciencia.

Cuando acaban de cumplirse 250 años del nacimiento de Alexander von Humboldt, qué menos que recordarle leyendo esta reconstrucción de su periplo español, durante el cual apenas tomó unas notas. Esta mínima documentación ha servido para que Miguel Ángel Puig-Samper construya un relato absorbente para los aficionados a la historia, los viajes y la naturaleza. El científico del CSIC juega con ventaja porque es uno de los principales expertos en la figura del legendario expedicionario, considerado el 'padre de la geografía moderna universal'.

Hagamos un poco de historia: Humboldt quería explorar los territorios españoles en América, pero no podía adentrarse en esas tierras sin un salvoconducto del rey Carlos IV, así que viaja desde Prusia para conseguir una audiencia en la corte de Aranjuez. Entra en la península por la Junquera, baja hasta Valencia y atraviesa La Mancha camino de Madrid (por el camino descubre para la ciencia la Meseta Central, no perdía el tiempo). Cuando obtiene el permiso real, sube hasta La Coruña para sumarse a la tripulación de la fragata 'Pizarro', que le llevaría hasta el Nuevo Continente con escala previa en Tenerife.

Uno va devorando el libro y prueba con Humboldt la paella valenciana, camina sobre la nieve en la Sierra de Guadarrama y comparte el asombro por el paisaje tropical de la isla de Tenerife, donde ascendió al Teide.

«Al salir de Almansa se atraviesa un terreno pedregoso con mucha maleza. Casi inmediatamente después se ve a la izquierda Chinchilla, pueblo situado sobre un montículo desde el que se observan las fértiles llanuras manchegas. Estábamos a poca distancia de Hellín, conocido por ser el lugar de destierro del conde de Floridablanca, y cercano a la Sierra de Segura, cuyas poblaciones más notables son Elche de la Sierra, Ayna, Liétor, Molinicos y Yeste, de las que nos ponderaron sus antiguas fortalezas, sus calles empedradas y sus maravillas naturales: extensos bosques de pinos y animales salvajes, y sobre todo sus raros amaneceres, llenos de magia y encanto«, describe Alexander Von Humboldt (con la imaginativa intermediación de Puig-Samper) su recorrido por las montañas del entonces Reino de Murcia.

Como suele decirse, 'Se non è vero, è ben trovato'.

PD. El prólogo de Eduardo Martínez de Pisón es un lujo añadido a este libro más que recomendable.

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