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Aunque se trata de una modalidad de caza tradicional en muchas zonas de España, la captura en vivo de aves cantoras es una práctica prohibida por la Comisión Europea, que considera la cría en cautividad la única alternativa para los silvestristas. La vista gorda de la Administración dio lugar en 2011 a la apertura de un procedimiento de infracción por Bruselas, hasta que las diferentes comunidades autónomas, a instancias del Gobierno central, ya han ordenado el cese de las autorizaciones. Todas menos Madrid. Pero la CE teme que pueda haber trampa y pide garantías de que no volverán a concederse permisos. Así lo exige en una carta enviada el mes pasado al Ministerio para la Transición Ecológica y los gobiernos regionales.
La Comisión Europea reconoce el anuncio de la mayoría de las comunidades autónomas de no conceder nuevas autorizaciones para la captura de aves fringílidas durante 2018. «Sin embargo, señala que ese anuncio se ha limitado a ese año, sin que se haya manifestado de forma inequívoca su permanencia en el tiempo más allá de ese periodo y de forma consistente con las exigencias del Dictamen Motivado, la jurisprudencia reiterada y el régimen excepcional de la Directiva de Aves», recuerda este jueves la sociedad científica y conservacionista SEO/BirdLife, que aporta este dato: España ha autorizado, entre 2013 y 2018, la captura de 1.731.861 de fringílidos como el jilguero, el pardillo común, el serín verdecillo, el pinzón vulgar, el verderón común, el serín canario y el lúgano. Casi dos millones de pájaros extraídos de la naturaleza en cinco años.
La carta de Bruselas no obedece a una mera sospecha, sino a la experiencia de enfrentarse a los habituales 'regates' administrativos para esquivar la normativa europea, en medio ambiente y otras materias. Por este motivo, tras analizar las respuestas de las autoridades españolas al Dictamen Motivado de 17 de mayo de 2018 (el último aviso recibido desde Europa en el marco del procedimiento de infracción que se sigue contra España por autorizar la captura de fringílidos sin ajustarse a la Directiva que protege las aves comunitarias), la CE ha reclamado la prueba 'refinitiva', antes de dar por cerrado el expediente.
A las comunidades y ciudades autónomas (menos Asturias, que sí ha prohibido definitivamente la captura de aves cantoras), se les solicita un informe que recoja la voluntad inequívoca y duradera en el tiempo de poner fin a la caza de fringílidos, incluyendo la posibilidad de hacerlo mediante reformas legislativas. «Por último, y solo para la Comunidad de Madrid, la Comisión pide a esta administración que informe si ha autorizado o prevé autorizar, en la actual o próximas temporadas, la captura excepcional de aves para canto, bajo cualquiera de las formas de excepción de la Directiva de Aves, en una clara alusión a las recientes autorizaciones concedidas para el supuesto seguimiento de las poblaciones de esas aves, con un escaso valor científico», informa SEO/BirdLife.
En fin, criticamos que Japón se haya excusado durante décadas en los «motivos científicos» para seguir cazando ballenas mientras el Gobierno de Madrid acude al mismo clavo ardiendo para permitir las capturas de jilgueros.
Y es que la Comunidad de Madrid no solo no ha transmitido en su informe de contestación a la Comisión Europea ningún compromiso de poner fin a las autorizaciones excepcionales para permitir la captura de fringílidos, sino que aún mantiene en vigor una orden de 1998 que autoriza la captura de esas aves en su territorio.
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