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El consejero Javier Celdrán, en agosto pasado participando en una recogida de residuos en la playa de La Hita (Los Alcázares). EDU BOTELLA / AGM
Las claves del plantón ecologista

Las claves del plantón ecologista

Las asociaciones conservacionistas de la Región de Murcia nunca habían tenido tan poca sintonía con un consejero de Medio Ambiente, al que ven entregado a los intereses del sector económico

Miércoles, 7 de noviembre 2018, 22:49

Las organizaciones ecologistas de la Región de Murcia creían haberlo visto todo con Antonio Cerdá y Francisco Marqués, los consejeros de Medio Ambiente con los que más tiesas se las han tenido. El primero llegó al cargo asegurando que «es más ecológica una lechuga que un pino» y se atrevió a mantener que «no sobran regadíos» y que «el Mar Menor está mejor que nunca». Imputado por la contaminación de la laguna, hace unos días sugirió ante el juez que las cremas solares están detrás del mal estado del humedal. Todo un científico del CSIC. El segundo anduvo por la cuerda floja judicial por sus intentos de urbanizar en espacios protegidos. Sin embargo, es el actual titular del departamento, Javier Celdrán, quien ha provocado un mayor rechazo por parte de los colectivos conservacionistas, escenificado el martes con el abandono del Consejo Asesor de Medio Ambiente (Carma). Os cuento algunas claves.

Celdrán no es el primer consejero de Medio Ambiente ajeno, por formación o vocación, a estas competencias, por otra parte una asignatura 'maría' habitual en los gobiernos del PP desde el año 1995. Esa aparente discordancia no es el problema para los ecologistas, sino su presunta condición de caballo de Troya del sector económico, en concreto de la patronal Croem y más específicamente del líder de esta organización empresarial, José María Albarracín. Los 'verdes' otorgan a Albarracín una influencia decisiva sobre el presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras. De hecho, no es ningún secreto, participó de forma directa en la remodelación del Gobierno regional que situó a Celdrán como consejero económico... y de Medio Ambiente. Dos parcelas siempre en conflicto y que los dirigentes empresariales siempre han querido atar en corto.

Más motivos para el recelo de los ecologistas:

Croem está directamente detrás de dos de las iniciativas más relevantes de la legislatura: la creación de la Agencia Regional del Clima y el Medio Ambiente (Arca) y la Ley de Aceleración Empresarial. El Arca sustituirá a la Dirección General de Medio Ambiente con el supuesto fin principal de agilizar las autorizaciones ambientales. Según sus críticos (unos 50 funcionarios de la Consejería se manifestaron el lunes en su contra), se trata de un ente que funcionará como un coladero y en el que se relativizarán las exigencias legales de protección del medio ambiente. «Si quieren agilizar los expedientes, es tan fácil como contratar más personal o no haber desmantelado la administración ambiental a lo largo de los años», han manifestado.

Sobre la Ley de Aceleración Empresarial, aprobada el 18 de octubre en la Asamblea Regional con el apoyo de Ciudadanos, los Servicios Jurídicos del Parlamento advirtieron de que se trata de una norma «técnicamente deficiente», que invade competencias y genera «inseguridad jurídica», que descuida la protección medioambiental y que supone algo así como una «pseudoamnistía urbanística» para regularizar actividades económicas en situación ilegal.

Albarracín y otros miembros de Croem participaron en las negociaciones de esta ley con los grupos políticos, como si fueran miembros del Gobierno o del partido, algo que Javier Celdrán siempre defendió («es bueno que estén los empresarios»). El consejero también dijo el martes, cuando el portazo de los conservacionistas en el Carma, que «es importante que los ecologistas estén aquí». Aunque no se sienta con ellos para hacer leyes medioambientales. Esa es una buena diferencia.

La Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse) y Ecologistas en Acción han anunciado que no volverán al Consejo Asesor de Medio Ambiente «hasta que el Gobierno regional deje de actuar bajo el mandato de parte del sector empresarial». Con el matiz «parte del sector empresarial», los ecologistas distinguen entre las cúpulas de patronales (Croem y COEC) y cámaras de comercio y los empresarios de a pie, seguramente la mayoría, los que no necesitan leyes a medida porque cumplen con la normativa, quizá sacrificando beneficios.

«Con todo respeto, después de tantos años era dificil hacerlo peor, y pensamos que tiene el mérito de haberlo conseguido. No ha aprendido de algunos de sus predecesores». Así se refirió a Javier Celdrán el director de Anse, Pedro García, en la carta en la que anunció su renuncia a seguir participando en el Consejo Asesor de Medio Ambiente.

Los grupos ecologistas lamentan que las políticas ambientales estén «en retroceso» en la Región de Murcia bien entrado el siglo XXI, cuando el cambio climático es una realidad abrumadora y el desarrollo sostenible y el respeto a los recursos y valores naturales, una necesidad urgente y no un capricho. Quién les iba a decir en 1995 que más de veinte años después iban a seguir con la misma discusión: el medio ambiente como obstáculo del progreso.

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