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En 1989, el año en que comenzaron los premios Los Mejores de LA VERDAD, José Manuel López Nicolás (en adelante Jose, sin tilde en la 'e') era un joven estudiante de la carrera de Ciencias Químicas de la recién inaugurada Facultad de Química en el campus de Espinardo de la Universidad de Murcia. Hace unas pocas semanas presidió el acto académico oficial de San Alberto Magno en el mismo lugar donde estudió, pero ahora como vicerrector de Transferencia, Comunicación y Divulgación Científica. En el camino, se licenció y doctoró con honores, ha impartido clases en varios grados universitarios, siendo padrino de muchas promociones, publicado en las revistas científicas más prestigiosas de su campo, dirigido tesis doctorales, y obtuvo la cátedra de Bioquímica y Biología Molecular hace cuatro años. Su currículum en docencia, investigación y gestión universitaria es sinónimo de excelencia.
Pero llegó el año 2011 y Jose abrió un blog, 'Scientia'. Lo que pasó a continuación es la historia viva -porque sigue creciendo- de la divulgación y la transmisión del conocimiento científico en nuestro país. Colaboraciones en todo tipo de medios de comunicación (prensa, radio y televisión), libros superventas, conferencias por toda la geografía nacional e incluso internacional, líder de proyectos de gestión, premios y más premios. Con su particular estilo, Jose nos cuenta siempre la ciencia con cercanía y rigor. Su habilidad para conectar con la audiencia debería estudiarse en las escuelas de comunicación.
A pesar de los sacrificios que Jose ha tenido que hacer para alcanzar este éxito, siempre ha tenido tiempo para estar con su familia y amigos, ayudar a su gente, viajar por el mundo, jugar al tenis y al fútbol, emocionarse viendo los partidos de su querido Barça, gozar de nuestra gastronomía, acudir a conciertos, disfrutar de su refugio en Campoamor y compartir todo su entusiasmo vital por las redes sociales, en las que se mueve mejor que un pez en el agua.
¿Y qué motiva a alguien como Jose a dedicar tanto esfuerzo personal y profesional? La respuesta la proporciona él mismo cada vez que termina cada una de sus magníficas exposiciones públicas. Al final de cada charla o conferencia, comparte una foto de su hija Ruth y de sus sobrinos. Todos sonríen. Esta imagen no es solo una dulce conclusión para sus presentaciones: es un poderoso recordatorio de su motivación más profunda. A través de esta foto, nos revela que su pasión por la ciencia y su compromiso con la divulgación no se originan únicamente en la curiosidad, sino también en el amor y la esperanza que desea para las futuras generaciones. Las suyas, pero también las nuestras. Y por eso es EL MEJOR. Enhorabuena.
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