![José de la Vega y Paula Girona, durante su actuación.](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202110/09/media/cortadas/1441550232-kFqB-U150784830603LMB-624x385@La%20Verdad.jpg)
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Vuelve a sonar un aviso para que ocupemos la localidad correspondiente, anticipando la llegada del vendaval de reconocimiento, emoción y, por supuesto, música que inundó cada esquina de la velada de entrega de los galardones 'Los Mejores' de LA VERDAD. Los deseos son órdenes y la impaciencia mala compañera cuando se trata de recuperar cada reencuentro pendiente, cada conversación aparcada a la sombra de las videollamadas y cada desvirtualización en mitad del murmullo. De repente, la luz se apaga, el telón del auditorio El Batel de Cartagena se abre de par en par, la Orquesta Sinfónica de Cartagena dirigida por Leonardo Martínez se prepara antes del primer asalto melódico y un diálogo familiar nos ofrece el mejor de los recibimientos posibles. Acompañada por un tipo en traje que sujeta como buenamente puede su chaqueta, una chica de vestido amarillo danza en busca de su coche, momento en el que empiezan a sonar las inconfundibles notas de 'A lovely night', una de las canciones (y escenas) más memorables de 'La ciudad de las estrellas (La La Land)', el último gran musical brindado por ese Hollywood que recuperó con aquella obra maestra parte del brillo dorado que perfila cualquier tiempo pasado que fue mejor. Y así, Rosalía Bueno y José Guirao se transforman en Emma Stone y Ryan Gosling y nos trasladan hasta ese parque en mitad de la madrugada donde Mia y Sebastian protagonizaron su primer baile. Hay estrellas, encanto, dulzura y entrega. Hay recuerdos, magia y luz. Hay esperanza. Hay cine. Hay música. Y los primeros aplausos hacen acto de presencia.
Entonces, el plan queda fijado. Los musicales jugarán un papel fundamental dentro de la gala, convirtiéndose en maravillosos puentes entre premiados, bellos paréntesis con los que dar continuidad a momentos tan especiales como los emotivos discursos de agradecimiento de los sanitarios, la sonrisa cómplice del atleta Mohamed Katir, el orgullo de todo un pueblo por los Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz o la tremenda ovación que recibieron en casa las personas responsables del Festival Internacional de Cine de Cartagena.
En total, fueron cuatro los números interpretados durante un evento marcado por la vuelta a los abrazos, la ilusión renovada y una gratitud sincera que calaba hasta los huesos. Una emoción latente y casi tangible que tardó poco en desbordarse gracias a la fabulosa interpretación firmada por Paula Girona de 'On my own', uno de los muchos temas magistrales con los que cuenta la banda sonora de la legendaria 'Los Miserables'. Canción delicada en sus silencios, impactante en su desgarro y finalmente conmovedora en su intensidad pausada que nos dejó con el lagrimal en un puño.
Un efecto que, lejos de desaparecer, se mantuvo con una impresionante 'María', pieza clave de 'West Side Story', a la que la abrumadora voz de José de la Vega llevó al infinito. Una actuación a la altura de la canción. No hay nada más que añadir, Señoría.
Posteriormente, tuvimos la oportunidad de comprobar una vez más dos cuestiones que rozan ya la condición de certezas fuera de toda duda. La primera, el talento absoluto de una Paula Girona capaz de hacer equilibrio con sus cuerdas vocales en unos terrenos plagados de trampas melodramáticas, empujones hacia el abismo del exceso y descontrol por abuso de fuegos artificiales. Y la segunda, algo más conocida de antemano, es que 'Memory' es una de las baladas más excelsas de la historia de la música.
Imposible no caer rendido ante una canción sencillamente perfecta, inagotable en su habilidad para empañar nuestra mirada y despertar aquellos recuerdos abandonados en los laureles del otoño. Un milagro cuyo mérito para cautivar es todavía mayor si pensamos que corresponde a 'Cats', uno de esos musicales cuyo histórico éxito sigue rodeado por una procesión de signos de interrogación. Con todo, la interpretación de Girona fue tan buena que a uno le dieron ganas incluso de ofrecerle una segunda oportunidad a aquella desastrosa adaptación cinematográfica que nos brindó numerosas y variadas pesadillas hace ya dos años. El poder de la belleza musical.
Y así quedó también demostrado con un último número que nos regaló la posibilidad de disfrutar sobre el escenario de Paula Girona y José de la Vega en formato dúo. El tema escogido, 'El Fantasma de la Ópera', canción central del musical homónimo, es una montaña rusa de armonías, fuerza interpretativa y malabarismos vocales que la pareja artística solventó con firmeza, elegancia y generosidad. Mención aparte, una vez más, para el fantástico trabajo que realizó una Orquesta Sinfónica de Cartagena reducida por las restricciones pero plena de inspiración.
Así finalizó una memorable noche donde la admirable pareja formada por el cine y la música nos dejó con la sonrisa pegada al rostro. Y danzando en busca del coche, aunque fuera sin zapatos de claqué.
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