Un hombre muere acuchillado en un atentado en Israel

El ataque con cuchillo en la terminal de Lev Hamifratz de la ciudad norteña de Haifa sería, de confirmarse que fue un atentado, el último escenario de una serie de acciones terroristas orquestados contra el transporte público de Israel. El pasado jueves tuvo lugar un atropello masivo en una parada de autobuses ubicada en el norte del país y una semana antes explotaron bombas en tres autocares vacíos, que acabaron calcinados, cerca de Tel Aviv. La investigación sobre el suceso de este lunes en Haifa sigue abierta, aunque en un primer momento se centró en rastrear la zona del crimen para descartar la presencia de posibles cómplices.

Las primeras informaciones apuntaron a dos hombres armados -uno con pistola y otro con cuchillo- como autores del ataque. Sin embargo, la Policía informó de la existencia de un único atacante que fue «neutralizado» a tiros. La familia del presunto autor de los hechos negó que estuviera movido por una motivación terrorista y alegó que el sospechoso padecía una enfermedad mental.

El hombre apuñaló a cinco personas en la estación de autobuses: a una la mató y el resto sufrieron lesiones, tres de ellas de gravedad. Entre los heridos se encuentran una mujer adulta y un joven de 15 años que tuvo que ser operado y, que al cierre de esta edición, se encontraba estable en la unidad de ciudados intensivos, La víctima mortal fue acuchillada varias veces en la espalda y además recibió un balazo en el pie por los disparos dirigidos contra el agresor.

El atentado fue atribuido a un druso israelí de unos 20 años que contaba también con ciudadanía alemana. «El terrorista, residente en Shfaram, había pasado los últimos meses en el extranjero y regresó a Israel la semana pasada», detalló la Policía. Los medios hebreos identificaron al atacante como Jethro Shaheen aunque las autoridades no confirmaron oficialmente su identidad.

Un testigo presencial del mortal ataque en Haifa relató a los medios que el presunto autor de los hechos gritó «Allahu Akbar» (Dios es el más grande) mientras comenzaba a acuchillar a sus víctimas, al parecer, seleccionar al azar. «Se bajó del autobús en la estación de Hamifratz, gritó 'Allahu Akbar' y empezó a apuñalar a la gente», contó uno de los presentes en el lugar de los hechos al medio digital Walla, que guardó el anonimato a esta persona. «Los guardias de seguridad le dispararon», añadió.

Los allegados del presunto autor del crimen insistieron en rechazar motivos islamistas. «Soy un veterano de las Fuerzas de Defensa de Israel discapacitado y su otro tío es un soldado de reserva. No tenemos nada en nuestra familia que sea hostil al Estado», expresó el tío del sospechoso, Roni Kharis, al portal de noticias Ynet. Los investigadores registraron el domicilio del joven e interrogaron a sus familiares para tratar de esclarecer lo sucedido.