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La historia se repite en Gaza. El regreso de la violencia tras tres meses de alto el fuego ha devuelto al enclave a escenarios que ... ya conoce, como la evacuación forzosa de Rafah que ordenó el domingo Israel. El ejército hebreo avanza en su ofensiva, que se ha cobrado más de medio millar de vidas desde el pasado martes y que en las últimas horas se ha centrado en el barrio de Tel al-Sultan en esta zona fronteriza con Egipto. El portavoz militar Avichay Adaree informó de que se trataba de una operación «contra las organizaciones terroristas» y emplazó a los palestinos a abandonar la «peligrosa zona de combate» y dirigirse hacia el norte de la Franja. Otra vez.
El cerco israelí al distrito de Tel al-Sultan se saldó con al menos dos muertos y permitió, según Adaree, «ampliar la zona de seguridad defensiva en el sur de Gaza». Horas antes justificó de la misma manera una operación en Beit Hanun, en el Norte, para «destruir la infraestructura de Hamás». El ejército insistió en que por su parte se facilitan las evacuaciones de civiles en los puntos de combate a través de «rutas organizadas», mientras que las autoridades palestinas denunciaron el bloqueo humanitario de la Franja y elevaron la cifra de fallecidos en el enclave a 50.021 desde los ataques del 7 de octubre de 2023. Los heridos pasan de los 113.000.
El goteo de gazatíes que huyen de sus hogares no cesa. Para muchos no es la primera vez que los dejan atrás e Israel insiste en la idea de una evacuación masiva. El domingo trascendió la decisión del gabinete de seguridad de Benjamín Netanyahu de crear una agencia para la marcha «voluntaria» de palestinos. El nuevo organismo, que se coordinará con las fuerzas armadas y el servicio de Inteligencia (Shin Bet), se encargará de «preparar y facilitar la salida segura y supervisada de la población que desee marcharse a terceros países», planteó el Ministerio de Defensa hebreo en la propuesta que fue aprobada y que, de dar frutos, facilitaría al presidente de EE UU, Donald Trump, la construcción de «la Riviera de Oriente Medio» en la Franja.
Mientras, la población escapa de un lado a otro del enclave para evitar los bombardeos, como ocurría a principios de año, antes de que Tel Aviv y Hamás alcanzaran un acuerdo de tregua. La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, visita el lunes Israel y Cisjordania, donde pedirá que se reanude «inmediatamente» ese alto el fuego que ahora está roto y se cumplan todos los puntos del pacto, incluida la liberación de los 59 rehenes –la mayoría estarían muertos– que siguen en manos de los islamistas. La agenda de la estonia contempla encuentros con el jefe de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, o el presidente hebreo, Isaac Herzog, pero no habrá ninguna reunión con Netanyahu, sobre quien pesa una orden internacional de arresto.
La tregua sellada a finales de noviembre entre Israel y Hezbolá también está en el aire. El ejército hebreo continuó el domingo con los ataques sobre Líbano que comenzó el sábado en «respuesta» a los cohetes lanzados desde el país vecino. Al menos nueve personas –entre ellas un terrorista chií, según Tel Aviv– han perdido la vida en territorio libanés desde esta nueva escalada de la violencia.
A los dos conflictos reabiertos en cuestión de días se suma la crisis doméstica que sufre Netanyahu por su decisión de cesar a Ronen Bar, jefe del Shin Bet, y la posterior suspensión de la medida por parte del Tribunal Supremo. El Gobierno aprobó el domingo la puesta en marcha del proceso para promover una moción de censura contra la fiscal general, Gali Baharav-Miara, muy crítica con el mandatario.
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