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El contexto político internacional marcará más que nunca la cumbre extraordinaria de líderes que se celebra este jueves en Bruselas. La retirada de la ayuda ... militar y económica a Ucrania por parte de Washington y el inicio de conversaciones de paz con Rusia -unas negociaciones que no cuentan con la participación del Gobierno de Volodímir Zelenski ni con la Unión Europea (UE)- han obligado al bloque comunitario a organizar esta reunión de urgencia en la que los Veintisiete esperan reiterar el apoyo a Kiev y dar el visto bueno al plan para rearmar Europa, que ha presentado esta semana la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Una agenda muy apretada para los veintisiete líderes, que esperan contar también con la presencia del dirigente ucraniano, Volodímir Zelenski, aunque su participación no se conocerá hasta última hora por razones de seguridad. El encuentro comenzará a mediodía, aunque podría alargarse hasta altas horas de la madrugada, sobre todo si el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, cumple su amenaza de vetar las propuestas relacionadas con el apoyo a Ucrania y las garantías de seguridad europeas al país.
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Y es que, a pesar de que en los últimos días Kiev ha contado con el respaldo de los principales países de la UE, de Canadá, Noruega e Islandia -entre otros-; el viraje de la Casa Blanca tras la toma de posesión del presidente Donald Trump, ha aumentado el número de voces que piden negociar ya una tregua y la paz en el país. Para el mandatario estadounidense, esa paz debe llegar cuanto antes y en sus negociaciones no está teniendo en cuenta la perspectiva ucraniana, ni las garantías de seguridad que pide Europa. Para el Viejo Continente, no habrá paz justa y duradera que no cuente con la parte ucraniana y europea.
En ese sentido, el Reino Unido y Francia trabajan ya en un plan de paz alternativo que pueda contar con el respaldo de EE UU, una iniciativa que nació tras la cumbre en formato reducido que tuvo lugar en Londres el pasado fin de semana. Esta cita, junto a las dos mini-cumbres celebradas el mes pasado en París, han impulsado igualmente la convocatoria de esta cumbre extraordinaria, en la que los Veintisiete esperan reafirmar su compromiso de ayuda económica y militar con Ucrania.
La Comisión ha planteado, de hecho, acompañar ese compromiso de un nuevo paquete de ayuda militar al país que llegaría a lo largo de este año y que -aunque aún queda por discutir la cifra exacta del desembolso- podría llegar a los 35.000 millones de euros, según aseguró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Esta cifra supondría un notable aumento respecto a la cantidad entregada a Kiev este año: 30.000 millones.
Pero Hungría y Eslovaquia podrían boicotear la imagen de unidad y armonía que busca reflejar la UE en un momento delicado y ante las salidas de tono de Trump. Orbán amenaza con vetar el apoyo a Ucrania y las salvaguardas de seguridad europeas al país, mientras que el dirigente eslovaco Roberto Fico ha asegurado que su país no participará en estas iniciativas, aunque no las bloqueará.
Fuentes diplomáticas destacaron este miércoles que existe un 'momentum' para unas posibles negociaciones de paz en Ucrania y que la UE debe contribuir a que la exrepública llegue a la mesa de negociación «en una posición de fuerza». Lo cierto es que estas mismas fuentes señalan que «aún es pronto» para pensar en el día después de la guerra y la posibilidad de enviar tropas internacionales para garantizar la seguridad del país y evitar una nueva invasión.
Sin embargo, para Washington y la OTAN Europa ya va tarde en el impulso de su gasto en Defensa, un punto en el que Von der Leyen quiere poner remedio, con un plan para rearmar al Viejo Continente que incluye mayor flexibilidad fiscal para las inversiones militares nacionales y más inversiones del Banco Europeo de Inversiones (BEI) en proyectos de Defensa, entre otros. La política alemana propuso, igualmente, 150.000 millones de euros en préstamos para que los Estados miembros refuercen su Defensa.
Existe el miedo de que, ante la retirada de ayuda estadounidense, el presidente ruso Vladímir Putin trate de doblegar a Ucrania y que, después de conquistar el país, ponga su mirada en Europa. Más aún, después de que Trump pusiera en duda la posible defensa de EE UU de la UE en caso de que ésta fuera atacada, debido a «su escaso gasto en Defensa». Para el dirigente estadounidense, los aliados europeos deberían destinar un 5% de su Producto Interior Bruto (PIB) al gasto militar, un porcentaje que el secretario de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, afirma que debería estar más allá del 3%. La realidad es bien distinta, con ocho países europeos -entre ellos España- que no llegan al 2% mínimo fijado por la OTAN.
Aunque en la cumbre extraordinaria de este jueves podrían no obtenerse grandes resultados, fuentes diplomáticas apuntan a que estos debates servirán como base para adelantar trabajo y decisiones de cara la próxima cumbre del 21 de marzo y al encuentro de líderes de junio, en los que se espera que la Defensa europea ocupe gran parte de las discusiones.
China anunció este miércoles que su presupuesto militar aumentará un 7,2% durante este año, el mismo porcentaje que el Gobierno aplicó en 2024. Se trata de la segunda inversión militar mayor de un país en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, había pedido precisamente a Pekín que rebajase el gasto a la mitad. Las fuerzas armadas chinas pasan por una rápida modernización, que ahora recibirá una inyección de 245.700 millones de dólares.
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