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El temor a un desastre medioambiental disparó ayer todas las alarmas después de que un carguero cargado con cianuro de sodio, un material extremadamente venenoso, ... embistiese a un petrolero con las bodegas llenas de gasolina para aviones, amarrado en la costa inglesa de Yorkshire, al este de Inglaterra, en el mar del Norte. El siniestro ocurrió hacia las diez de la mañana hora local (una más en la Península), lo que provocó varias explosiones, una gran bola de fuego y daños cuantiosos en ambos barcos. Los tripulantes de uno y otro han sido acogidos por los servicios de emergencia en el puerto de Grimsby.
El desastre se fraguó cuando el carguero portugués 'Solong' , que transportaba 15 contenedores de cianuro sódico y una cantidad de alcohol por determinar, embistió por causas que se desconocen a un petrolero amarrado, el 'Stena Inmaculate', que cumplía una tarea del Comando Sealift Militar, de la Armada norteamericana, que transportaba gasolina para aviones. Aunque este combustible podría disolverse con más facilidad que los petróleos pesados, las autoridades locales advertían ayer de los efectos negativos que el accidente podría tener en una comarca con una larga tradición de pesca, en particular Grimsby, y una naturaleza que estos días se reactiva con la llegada de la primavera. Los servicios de emergencia han actuado con rapidez en una zona próxima a la desembocadura del río Humber, en el nordeste de Inglaterra, donde en los últimos años se ha consolidado una industria vinculada a la construcción de aerogeneradores, en su gran mayoría en el suelo marino.
Expertos consultados han señalado que aunque la visibilidad no era buena, las condiciones meteorológicas no eran tan malas como para justificar la colisión. El 'Solong', con bandera portuguesa y gestionado desde Hamburgo (Alemania), había partido de un puerto escocés cercano a Glasgow con destino al de Rotterdam. El 'Stena Inmaculate', con bandera de Estados Unidos, había partido por su parte del mar Egeo. Es un barco de una compañía privada, Crawley, que con sede en Florida trabaja para el servicio del Gobierno, que utiliza este tipo de buques para suministrar combustible a su flota militar y a sus tropas en tierra.
Aunque los comentaristas de la BBC pedían prudencia a la hora de achacar responsabilidades, la mayoría señalaba que el Sistema de Identificación Automática que incorporan ahora los barcos han reducido de manera notable las colisiones de buques en tránsito, una herramienta que debería impedir, al menos en teoría, que se produzcan este tipo de accidentes.
Ante esta situación, los expertos en navegación mercantil se inclinan a pensar en algún despiste de la tripulación del 'Solong', que habría descuidado la tarea de observación de los barcos en una mañana de abundante tráfico. También han señalado que los buques amarrados pueden reaccionar de manera tardía y lenta a la amenaza de colisión.
«Algo ha salido muy mal»
Según la publicación Lloyd's que, con proyección internacional, provee de datos al sector marítimo, el 'Solong' transportaba en el momento del accidente una cantidad desconocida de alcohol y, lo que preocupa aún más, cianuro de sodio, una sustancia química muy tóxica. La agencia Reuters señala que no hay indicios de ninguna actividad siniestra o de otros actores que hubiesen impulsado el incidente.
El desastre se produjo relativamente a unos 15 kilómetros de la costa. La presencia de tóxicos elevó la alarma creada por el vertido de petróleo en las aguas locales y el número de explosiones que se produjeron en el buque. Los autoridades fronterizas, por su parte, guardan silencio mientras analizan el riesgo de polución.
Portavoces del primer ministro, Keir Starmer, afirmaron que no tenían claros los detalles de la colisión y describieron la situación como extremadamente preocupante, mientras el Ministerio de Transporte trabaja con los guardacostas para ofrecer la respuesta más conveniente. El diario 'The Guardian' citaba a la sociedad ornitológica, que indicaba que las cornisas de esa costa albergan una gran colonia de alcatraces y de «importantes poblaciones de pájaros marítimos». Un experto independiente, David McFarlane, dijo a la BBC que no había razón para lo que ha pasado. «Algo ha salido muy mal», sentenció.
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