El Pentágono da 30 días para expulsar a los soldados transgénero

El documento fija como excepciones para ser apartados a aquellos que reciban un permiso por el «interés gubernamental» en el marco de esta nueva política del Pentágono. Para poder acogerse a estas dispensas, el personal deberá presentar un historial con 36 meses de «estabilidad» y comprometerse a cumplir con las tareas y «estándares asociados a su sexo». «Si pueden probar que nunca han intentado transicionar y si se adhieren a los estándares aplicados podrán permanecer en el Ejército», ha apuntado el Pentágono.

«Los casos se analizarán uno a uno de cara a posibles exenciones siempre y cuando se cumplan los nuevos requisitos establecidos por el Gobierno», recoge el texto. Asimismo, el memorando deja claro que el Departamento de Defensa sólo reconoce dos géneros: masculino y femenino.

«El sexo del individuo es inmutable y no cambia a lo largo de su vida. Todos los miembros del Ejército servirán de acuerdo a su sexo de nacimiento», ha puntualizado la Administración del presidente, Donald Trump, que firmó en enero una orden ejecutiva para dar cobertura legal al Pentágono para que llevara adelante estas medidas. Hace cuatro semanas otro memorando prohibió a personas transgénero unirse el ejército, además de cancelar el tratamiento de transición para otros soldados en ejercicio.

La política de Washington respecto a la participación de los trans en el servicio militar ha sufrido vaivenes en la última década con los cambios de inquilino de la Casa Blanca. Las administraciones demócratas son favorables a su incorporación a filas, mientras Trump ha tratado de mantenerlos fuera del régimen castrense.

Barack Obama levantó la prohibición de tropas transgénero en 2016. Así, los que ya estaban en servicio pudieron mostrarse abiertamente sin miedo a represalias, mientras que fijaba que los reclutas trans fueran aceptados a partir del 1 de julio de 2017. Con la llegada del republicano al Despacho Oval retrasó esta disposición hasta 2018 antes de anularla.

Las decisiones tomadas ahora por la Administración Trump son similares a las que llevó adelante en su primera legislatura y que se enfrentaron a cuatro demandas que consideraban inconstitucional la normativa por incurrir en discriminación por cuestión de sexo. Sin embargo, el Tribunal Supremo avaló los postulados de los republicanos y se implementaron en 2019. Aunque pocos meses después Joe Biden derogó las reglas.

Ahora la nueva política del magnate es incluso más dura que la de su anterior mandat. En 2017 permitía mantener sus puestos al personal transgénero que formase parte de las fuerzas armadas estadounidenses antes de su entrada en vigor.