El polémico edificio Moneo

El inmueble anexo al Ayuntamiento de Murcia, en la plaza de Belluga, todo el mundo lo conoce por el Moneo, apellido del prestigioso arquitecto que diseñó la obra.

Encargado a principios de la década de los 90 por el entonces alcalde socialista José Méndez, fue inaugurado en 1998 por el regidor del PP, Miguel Ángel Cámara.

La polémica rodeó desde el principio la ampliación de la Casa Consistorial, un moderno edificio que tuvo tantos admiradores como detractores. Situado frente a la imponente fachada barroca de la Catedral, el arquitecto Rafael Moneo siempre defendió que las líneas sencillas y modernas del inmueble buscaban no restar protagonismo a la belleza del edificio religioso más emblemático de la ciudad ni al Palacio Episcopal. De hecho, decidió que la entrada se ubicara por la calle Frenería y no por la plaza.

El 14 de junio de 1995, Rafael Moneo se refirió a la fachada, tipo retablo, «que funcionará como la ventana que la autoridad civil tiene que compartir con la religiosa en algunos de los actos en que coinciden».

Y si críticas suscitó el inmueble en sí, más rechazo generó la pasarela peatonal que unía el edificio de La Glorieta con el anexo. Muchas voces se alzaron para asegurar que no era propia de una obra de la categoría de Rafael Moneo, además de que dificultaba la visión de la fachada de la Catedral desde la calle San Patricio.

Finalmente, la pasarela fue desmontada en septiembre de 2006, después de haberse articulado la comunicación entre ambos edificios a través de un paso subterráneo. La fachada del Moneo es una de las que se ilumina en la ciudad en diferentes colores, según la celebración de días internacionales o fiestas locales.