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Cobertura especial. Páginas del diario LA VERDAD con la información de lo ocurrido el 3 de febrero de 1992.
Una ciudad en pie de guerra

Una ciudad en pie de guerra

Jueves, 3 de febrero 2022, 02:43

Cuarenta heridos, entre policías y trabajadores, cuantiosos destrozos y el incendio de diez vehículos y del salón de conferencias de la Asamblea Regional fue el balance de los graves incidentes...» Así comenzaba el relato informativo que LA VERDAD ofrecía a sus lectores el 4 de febrero de los sucesos ocurridos el día antes en Cartagena bajo el titular a toda plana «Batalla campal en Cartagena».

El humo negro empezó a trepar por la fachada cuando manifestantes y policías parecían haberse tomado un respiro tras casi diez horas de protestas y enfrentamientos. Una parte de los periodistas que habían cubierto la jornada se encontraban ya escribiendo sus crónicas o revelando el material fotográfico, cuando llegó la noticia de que la Asamblea Regional se encontraba en llamas. De hecho, los efectivos de la Policía Nacional habían comenzado ya a replegarse, una decisión que fue muy cuestionada días después y que, a pesar de que fue una petición de la Corporación municipal, puso a la delegada del Gobierno, Concepción Sáenz, en el centro de la diana.

La Redacción se movilizó de inmediato para reorientar la cobertura informativa y publicar una docena de páginas sobre los acontecimientos de aquel infausto día que pasó a la historia de la Región.

Cobertura especial. Páginas del diario LA VERDAD con la información de lo ocurrido el 3 de febrero de 1992.

La devastadora crisis industrial que asolaba Cartagena había convertido la ciudad en un polvorín. Las manifestaciones eran casi diarias y los actos de sabotaje, como el bloqueo de las vías del tren con traviesas, muy frecuentes.

El lunes 3 de febrero, los trabajadores de Bazán, Peñarroya y de las empresas de fertilizantes, que se veían sin trabajo y abandonados por los políticos, habían convocado la enésima manifestación de protesta por el centro de la ciudad.

¿Por qué ese día fue distinto y acabó en una exhibición de violencia? Muchos culparon a la Policía de extralimitarse y repeler a los manifestantes con excesiva dureza. LA VERDAD publicó que los 260 agentes que participaron en los incidentes «agotaron todo el material antidisturbios de que disponían».

Los trabajadores gozaban del apoyo vecinal, e incluso el Ayuntamiento y el Parlamento les mostraron su solidaridad en manifestaciones posteriores. Tres días después, el jueves 6 de febrero, con los ánimos aún calientes, los sindicatos volvieron a convocar una manifestación secundada por media jornada de paro del comercio y la hostelería local, lo que motivó un despliegue de 400 agentes, apoyados por un helicóptero y una tanqueta de agua. El temor a nuevos incidentes era general, pero ni unos ni otros dieron pie a que se repitiera la furia del 3 de febrero.

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