Las cinco tendencias de manicura que van a arrasar esta primavera

Con la llegada de la primavera, la manicura se despide de las tonalidades frías para dar la bienvenida a diseños alegres y coloridos. Esta temporada las uñas seguirán buscando su lado más sofisticado con los rosas empolvados y los 'nudes' a la par que empezarán a teñirse de los primeros toques cálidos del año. Asimismo, el estilo 'coquette', que exalta la feminidad y la elegancia, no perderá relevancia de cara a los próximos meses. Eso sí, deberá compaginar su popularidad con las protagonistas indiscutibles de esta estación: las flores.

La temática por excelencia de los próximos meses serán los motivos florales: margaritas, tulipanes, claveles… Un modo original de incorporarlas a los diseños es a través de la técnica del encapsulado, que se popularizó por su gran realismo. Este método consiste en incorporar a la base de la uña pétalos incrustados en el gel o el acrílico. No obstante, se puede emplear en la semipermanente protegiendo los adornos con el 'top coat' habitual.

Las últimas tendencias apuntan al 'menos es más', lo que deriva en diseños minimalistas, sin decoraciones recargadas ni extravagantes. En el caso de querer incorporar algún dibujo a mano alzada, en estos meses priman las flores, las mariposas, las cerezas y un pequeño lazo rosado. Unos detalles que combinan con el estilo 'coquette' que tanto está de moda.

Esta técnica es el fiel reflejo de la simplicidad y la elegancia que últimamente lidera en los salones de belleza. Como su propio nombre indica, la idea es colocar un punto en la parte superior, independientemente del tamaño y el color. Al ser una decoración tan sutil, hay quien opta por colocar una esfera en cada uña.

Esta tácnica emergió como una inspiración de la manicura francesa, fusionando su aspecto más clásico con un toque moderno. Para ello, el blanco y el 'nude' se aplican creando un efecto degradado entre ellos. Una tendencia que ha conquistado a una infinidad de rostros conocidos, como Jennifer López o Paula Echevarría, y que se consolida por su carácter atemporal.

Si en invierno lideraban los esmaltes oscuros, en esta nueva estación el color empieza a introducirse progresivamente. Lo idóneo es tomar pigmentos que marquen la transición entre las tonalidades más frías y las más cálidas (para las que habrá que esperar hasta el verano). El espectro del verde suele ser el predilecto en esta época, sobre todo el tono oliva o jade brillante, que evocan la esencia de la naturaleza.

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