![Joan Manuel Serrat, el cantor de nuestra vida](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/05/24/serrat-krhB-U220246886026FED-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Serrat es de todos, por eso escribir sobre él, resulta de una osadía tremenda. Serrat es inabarcable. Hace poco recibió el Premio Princesa de Asturias. Se suma a una cincuentena de reconocimientos por todo el mundo. Este poeta, trovador infatigable, ha recorrido tantos caminos que ... resumir su obra es otra osadía.
El apellido Serrat sincretiza las emociones, los versos, los momentos, sus palabras grabadas con un cincel en los corazones. Sí, es nuestra banda sonora y su vida también es la vida de este país.
Joan Manuel nace en el seno de una familia obrera en 1943 de padre catalán y anarquista y madre aragonesa, de Belchite. Joan espumó en el Poble Sec pero recuerda atravesar las ruinas de Belchite para comprar el pan. Ese pueblo arrasado tantas veces donde, dicen, aún flotan los fantasmas. La destrucción de la posguerra marcó la niñez de un Serrat que amaba las coplas de la madre, que soñaba con ser alguien para comprarle un coche grande. Para eso estudió minería e ingeniería agrícola. El niño-joven del Poble Sec vivía en 40 metros cuadrados que compartía con 15 miembros de la familia. Eran tiempos de ayudarse, de solidaridad y amor. De los canturreos con Teresa pasó a la guitarra. Se hace universitario y realiza su primera aparición en Radio Barcelona. Se le conoce como uno de los pioneros de la Nova Cançó y forma parte de Els Setze Jutges. Sus primeras canciones defienden el catalán en la dictadura. De aquella época son 'Matinada' y 'Paraules de amor'.
En 1968 decide cantar también en español. A pesar de las críticas, siguió adelante. Era su otra lengua materna y no había más que hablar. De esta época es 'La paloma', basado en el poema de Alberti.
Son años donde un guapetón Serrat aparece en las portadas de las revistas y en películas de la época. Quizá, destacable 'Mi profesora particular' por el guión de Juan Marsé y Jaime Gil de Biedma.
Llegó Eurovisión. Cuando ya estaban montadas todas las promos del 'Lá, Lá, Lá', compuesta por el Dúo Dinámico, decide que no participará representando a España si no canta en catalán. Se dice que esto formaba parte de una maniobra publicitaria para no perder a su mercado original. Sea como fuere, allá que fue Massiel y ganó.
En 1969 llega Penélope, compuesta en colaboración con Augusto Algueró, que triunfó en el Festival Internacional de la Canción de Río de Janeiro y le abrió para siempre las puertas de Latinoamérica. Ese mismo año se publica el grandioso álbum dedicado a Machado. El mercado hispano también le permite burlar la censura de algunas de sus canciones de 'Mi niñez' (1970) que se publicarán sin los cambios de los censores. Ese año varios artistas se encierran en el Monasterio de Montserrat por el proceso de Burgos. Poco después llega 'Mediterráneo'. Un álbum histórico de nuestro país. Una auténtica joya de la música, arreglada por Calderón. Después, homenajeó a Miguel Hernández.
Serrat siempre expresó su oposición al fascismo franquista, lo cual le valió detenciones y multas. En 1975 llegó el procesamiento de once militantes del FRAP y de ETA, cinco fueron fusilados. El artista condenó los hechos desde México. Allí se tuvo que quedar durante un año porque lo declararon en busca y captura. Durante ese año no compuso, se dedicó a hacer bolos de bajo coste con una camioneta a la que llamaban 'La gordita'. Ella y Violeta Parra fueron sus aliadas. Y Camilo Sesto, que le enviaba dinero para que no pasase mucha falta.
A la muerte de Franco regresó sin hacer mucho ruido hasta que se aprueba la Ley de Amnistía.
En 1981 ve la luz un de los discos más redondos de Serrat, 'En tránsito'. Y después el muy exitoso 'Cada loco con su tema'. La presentación de este en Argentina, recién restaurada la democracia, supuso un hecho histórico en 1983.
Serrat no ha parado. Yo lo conocí en el 91 con 'Utopía' pero, después, han llegado muchos discos. Hasta un Serrat sinfónico y las giras con sus amigos como Sabina o Víctor Manuel y Ana Belén. Serrat, repito, es inabarcable.
Queda su afán peleón y reivindicativo. Quedan sus galardones y las canciones inmortales que permanecen, casi como himnos, en nuestra memoria.
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