Gran Hermano 17: Miguel acaba con su lado falso; quema el peluquín

Miguel ha dado un paso esta semana de autosuperación personal muy importante en su vida: el joven se ha rapado la cabeza delante de las cámaras de Gran Hermano y ha quemado su peluquín para no tener que volver a usarlo nunca.

Lo que para el gallego ha sido un gesto de superación que le libera de ese peluquín que le hacía ser otra persona diferente, para mucha gente ha significado una escena al más puro estilo película de Almodóvar. El concursante de Gran Hermano lleva más de dos meses llorando por los rincones por el complejo de su peluquín. Poco a poco, Miguel ha ido desvelando a sus compañeros que usaba el postizo, hasta que hace unas semanas se mostró tal cual ante todos.

Esta semana ha dado un paso más y Miguel ha decidido desprenderse del peluquín para siempre en Gran Hermano. El gallego se ha rapado la cabeza entre llantos desconsolados delante del espejo. Después, se ha besado a sí mismo contra el espejo. Más tarde y para rematar la faena, ha ido al jardín y prendido fuego al postizo que lleva meses usando.

Para la escena del pequeño incendio, Miguel gritaba mientras el peluquín se consumía: «¿Y ahora qué? Soy libre, con el dolor de mi puta vida». Para culminarlo, el gallego ha creado con flores en el césped la frase: «me quiero». ¿Ha sido un gesto de superación o una escena de victimismo?