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Julio Benítez.
«Quien culpe a mi madre es que no la conoce»

«Quien culpe a mi madre es que no la conoce»

«Manuel Díaz al final ha hecho lo que tenía que hacer», admite Julio Benítez, el hijo menor de El Cordobés

ARANTZA FURUNDARENA

Lunes, 27 de junio 2016, 10:36

De padre torero andaluz y madre francesa... La mezcla no podía fallar. Julio Benítez Fraysse, el hijo menor del prolífico Cordobés (un hombre con más hijos que orejas cortadas), es un tío de 31 años, rubio, resultón, de risueños ojos azules y hechuras de galán. Él persigue triunfar en los ruedos, pero donde de verdad se lo rifan es en saraos y 'photocalls'. El jueves por la noche ejerció de hombre Martini en la 'Terrazza' que ha montado la famosa marca de vermú en el Muelle de Nueva York, en Sevilla, un espacio que se ha propuesto maridar la Fórmula 1 con la cocina de Albert Adriá y la música del Primavera Sound. Pero una duda morbosa flotaba en el aire: ¿Quiere conocer en persona Julio Benítez a Manuel Díaz, ahora que la prueba de ADN ha confirmado que es su hermano biológico? Para responder a esa pregunta el joven torero dio más saltos de la rana (dialécticos) de los que ejecutó su padre sobre el albero.

Y es que este otro hijo de El Cordobés ha salido en temperamento a su madre, Martina Fraysse, una mujer discreta, contenida y diplomática, pero también con fama de mandar mucho en la sombra... Su hijo menor la defiende. «Quien diga que la culpa de que mi padre no haya querido ver a Manuel la tiene mi madre es que no la conoce. No es justo echarle tierra a una persona que siempre ha estado al margen, dedicada a su marido y a sus hijos. Una mujer que podría haber ido y venido, hecho y deshecho y no ha sido así. Además, mi padre siempre ha tenido las ideas muy claras y ha actuado como él ha creído conveniente».

Dicen que no hay quinto malo y Julio es el quinto retoño de El Cordobés y Martina, la mujer de la que se acaba de separar el veterano torero tras más de 50 años de matrimonio. «No es plato de gusto para nadie, pero yo lo que quiero es que mis padres sean felices unidos o por separado. ¿Si se van a reconciliar? Ni idea. A mí me gustaría verlos juntos. Pero está todo muy reciente». Julio, que de niño posaba junto a sus padres y hermanos en las revistas del corazón con una inmensa finca de fondo, de mayor quiso ser matador de toros. Pero se encontró con que el mundialmente famoso apodo profesional de su padre, El Cordobés, lo paseaba con garbo de plaza en plaza otro rubiales llamado Manuel, trece años mayor que él, y con tantas ganas de triunfar con la muleta como de demostrar que era hijo de su padre.

Julio reconoce que es «muy difícil» ponerse en la situación de Díaz. «Yo no sé qué habría hecho en su lugar -confiesa-, pero al final él ha hecho lo que tenía que hacer, que es demostrar de quién es hijo. Ahí no le juzgo». Otra cosa es que se alegre del resultado de la prueba de ADN... «A mí mi padre nunca me ha dicho que sea mi hermano, en mi casa no hablamos de esas cosas porque no es un tema agradable». Hace unos meses, el hijo menor de El Cordobés dio a entender en una revista que no estaba dispuesto a perdonarle a Manuel Díaz «el daño que ha hecho a mi familia». Hoy en día lo matiza... «Las cosas a veces se interpretan mal. Lo que quise decir es que ha sido un tema muy mediático durante muchos años y eso te marca. No tengo nada en contra de nadie pero no ha sido agradable para mí ver a mis seres queridos en la prensa, donde se han especulado cosas que muchas veces no eran ciertas».

Una novia modelo

El torero sale desde hace nueve meses con la modelo Isabel Jiménez, habitual de los desfiles de moda flamenca. Ella vive en Utrera «por motivos de trabajo» y el en Córdoba. «No soy muy celoso -dice-, pero uno no es de piedra y tiene su corazoncito». El diestro toreará el mes que viene en Perú, luego en Tafalla... Y ya sueña con hacer una temporada que le conduzca a la confirmación de su alternativa en Las Ventas el año que viene. Su padre, con el que toreó por última vez en un festival benéfico en Córdoba, le ha dado muchos consejos «tanto a nivel técnico como mental, porque en esta profesión hay que tener la mente muy fuerte».

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