El tatuaje de un pene arruina su matrimonio

Stuart Valentino quiere que su mujer vuelva a casa, lo ha declarado después de quitarse la tinta del tatuaje que ha arruinado su matrimonio. La esposa de este inglés lo abandonó cuando vio que su marido se tatuó la silueta de un pene en el muslo izquierdo. No era nada discreto como podemos comprobar, medía nada más ni nada menos que 20 centímetros.

Esta insólita historia que lleva protagonizando algunos de los titulares de los medios británicos desde hace ya casi un mes, empezaba un día de borrachera en el que Stuart decidió coger la pistola de tinta que su esposa le había regalado por Navidad para tatuarse un miembro viril en la pierna.

Pero la broma no se salió como esperaba, y por supuesto su mujer no le vio la gracia, ya que fue nada más ver ese tatuaje cuando ella dijo que ahí terminaba su matrimonio. Al parecer aquel pene no era lo único que interfería en su relación, sino era la gota que colmaba el vaso de una serie de hechos inmaduros de su marido, de los cuales estaba ya harta.

Ahora, Stuart se ha desecho del tatuaje de la discordia sometiéndose a una operación láser en una clínica de Portsmouth, Reino Unido, con la esperanza de que su mujer vuelva con él.

Tras el doloroso tratamiento, Stuart ha contado que es la última oportunidad que tiene para que ella vuelva a casa con él y su familia. «Ha sido doloroso, pero merece la pena», dice sobre la operación, que le ha costado mil libras esterlinas (1.369 euros).

Este hombre arrepentido asegura que ese tatuaje ha hecho mucho daño en su vida familiar, y añade avergonzado que tampoco era capaz de llevara su hija a nadar sin enseñar el tatuaje. «No tenía ni idea de que esta broma arruinaría mi vida. Estoy devastado porque he perdido a mi familia y frustrado conmigo mismo», dice Stuart Valentino, y añade que no puede culpar a nadie porque esto se lo había buscado él solo.

Ha sido recientemente apodado com 'el marido más irritante del mundo' después de publicar una serie de bromas pesadas en Youtube, en cuyos vídeos se le puede ver pasarse todo el fin de semana golpeando a su familia con un pez, haciendo a su mujer vomitar después de intentar comerse las heces de un gato o dibujar una cara de mono en el trasero de esta cuando estaba durmiendo.

Quizá después de todo se merezca ser llamado 'el marido más irritante del mundo'.