Roscón de Reyes casero

La Navidad ya está dando sus últimos coletazos y para despedirse deja lo mejor de estas fechas: el Roscón de Reyes. Dos son las razones para lanzar tan alegremente esta afirmación, una es que está riquísimo y la otra es que lleva premio.

Para hacer un delicioso roscón casero hay que comenzar por hacer el prefermento, para ello juntamos en un bol la harina, el azúcar, la levadura fresca de panadería y la leche tibia. Se mezcla con ayuda de una cuchara y se deja reposar durante 1 hora con un paño por encima.

Por otro lado, mientras reposa el prefermento, vamos preparando la masa. Comenzamos batiendo los huevos y agregamos el resto de los ingredientes: la mantequilla derretida, la esencia de azahar, la ralladura de limón y naranja, la leche tibia, el zumo de naranja, la sal y el azúcar. Mezclamos bien y añadimos casi toda la harina tamizada reservando un poco para añadirla después. Agregamos también el prefermento, que habrá duplicado su volumen tras la hora de reposo.

En una mesa ponemos un poco de harina de la que hemos reservado e iniciamos el amasado, vamos agregando poco a poco la harina reservada hasta que quede una bola en la que casi no se peguen los dedos. La colocamos en un bol untado con un poco de aceite para que no se pegue y la cubrimos con un paño. La dejamos reposar durante 2 horas y media.

Pasado ese tiempo la masa habrá duplicado su tamaño. Con la ayuda de los dedos hacemos un agujero en medio y lo estiramos un poco dándole forma al roscón. Cuidado con hacerlo muy pequeño ya que al cocerlo la masa se puede juntar. Lo colocamos en una bandeja de horno sobre un papel vegetal y lo volvemos a dejar reposar otras dos horas con un paño encima. Volverá a crecer.

Transcurrido ese tiempo lo pintamos con huevo batido y lo decoramos con fruta escarchada y azúcar húmeda. Lo metemos en el horno precalentado a 170º unos 22-24 minutos o cuando esté bien dorado. Sacar del horno y dejar enfriar.

Si lo queremos relleno sólo tendremos que cortarlo por la mitad con mucho cuidado para no romperlo y añadir lo que más nos guste: nata montada, crema de chocolate, trufa, crema pastelera, cabello de ángel... sin olvidar la sorpresa, que debe ir bien envuelta en papel film.