Rollicos de San José

Comenzamos batiendo los huevos en un bol, añadimos el azúcar, la leche, el aceite de oliva, las gaseosas y el chorrito de anís y mezclamos todo bien.

Después le vamos añadiendo la harina poco a poco sin dejar de mezclar hasta obtener una masa blanda y con la consistencia suficiente para darle forma con las manos.

Una vez hecha la masa, hay que comenzar a freír los rollos. Esto es lo más complicado ya que no saldrán bien si el aceite está poco o demasiado caliente. Un truco para que no se nos 'arrebaten' los rollos es probar antes con un pedazo de pan, si tarda mucho en dorarse el aceite debe calentarse más o los rollos nos saldrán 'aceitosos'. Si el pan se dora por fuera rápidamente pero está frío por dentro hay que bajar la temperatura del aceite.

Una vez controlado el tema de la temperatura del aceite, procedemos a freír los rollos, para ello nos untamos las manos de aceite, para que no se pegue la masa, damos forma a los rollos y los vamos echando a la sartén. Lo ideal es tener ayuda durante este proceso, uno va dando forma a los rollos y echándolos a la sartén y otro los fríe y los saca a una fuente con un papel secante para eliminar el exceso de aceite.

Cuando estén todos fritos y antes de que se enfríen, se preparan dos cuencos, uno con azúcar y otro con anís, y se meten los rollos primero en anís y después en azúcar, de este modo se nos quedarán 'rebozados' de azúcar y con un sabor inconfundible.