Bolo de mantequilla

En primer lugar, preparamos la masa madre. Para ello disolvemos en la leche (templada) la levadura y agregamos la harina hasta conseguir una masa uniforme. Una vez obtenida la masa, tapamos el recipiente con film transparente y cubrimos con un paño durante toda la noche.

A la mañana siguiente mezclaremos el azúcar y los dos huevos y batiremos hasta conseguir la masa definitiva. Más tarde mezclaremos la mantequilla (a temperatura ambiente), el agua de azahar y lo añadiremos a la masa madre.

Por otro lado, comenzaremos a trabajar la masa, agregamos ua pizca de sal y echamos la harina en pequeñas cantidades hasta obtener la masa. Haremos una bola con la masa y la dejaremos reposar tapada en un bol durante cinco horas hasta que duplique su tamaño.

Una vez transcurrido el tiempo, volcamos la masa sobre una superficie engrasada, estiramos y amasamos para dividir la masa en 12 porciones de 90 grs cada una. Amasamos cada trozo y las colocamos en varias bandejas de horno bien separadas.

Tapamos cada bandeja con film transparente sin que llegue a tocar la masa y lo dejamos reposar 4 horas, hasta que vuelvan a duplicar su volumen.

Precalentamos el horno a 220º C, pintamos los bolos con huevo batido, espolvoreamos azúcar por encima y los metemos en el horno durante cinco minutos. Bajamos la temperatura unos 20º C aproximadamente y los dejamos hasta que estén dorados. Sacamos los bolos del horno y los dejamos enfriar.

Por último, prepararemos la mantequilla. Para ello ponemos a hervir agua con azúcar hasta conseguir el almíbar. Batimos las claras a punto de nieve, cuando estén a punto de montar añadimos el almíbar y seguimos batiendo hasta que este se enfríe. Agregamos la mantequilla a la mezcla y continuamos batiendo hasta que quede una crema espesa, abrimos los bolos y rellenamos con la mezcla.