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Cortamos los plátanos en rodajas y los ponemos en una batidora de vaso. Un truco puede ser congelar los plátanos antes, así podemos añadir después menos hielo.
Añadimos la leche y el hielo. Añadimos el helado de vainilla (omo el sabor del plátano casa muy bien con todo, si se desea se puede sustituir el helado por cualquier otro sabor: chocolate, fresa, nata...). Añadimos las almendras picadas y el extracto de vainilla y mezclamos todo muy bien. Añadimos azúcar al gusto o si se prefiere miel, volvemos a mezclar y listo.
Si no se va a consumir inmediatamente hay que guardarlo en el frigorífico o en el congelador removiendo de vez en cuando para que no se haga un bloque de hielo. A la hora de servirlo lo ideal es utilizar vasos congelados, así se mantendrá frío y espeso más tiempo.
Se puede decorar con una guinda, virutas de chocolate, o más almendras picadas.
2 plátanos
1 taza de hielo
Media taza de leche
2 cucharadas de azúcar (se puede sustituir por miel)
1 bola de helado de vainilla
1 cucharadita de extraco de vainilla
5 almendras picadas
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