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Uno recuerda aquellos tiempos de su infancia en el campo donde las gallinas campaban a sus anchas. Conocidas como gallinas camperas –pues eran criadas en ... libertad– salían al aire libre picoteando y escarbando en el suelo, teniendo amplios espacios para moverse y obtener los mayores nutrientes de la naturaleza. Los huevos camperos se diferencian de los demás por sus yemas, dado que tienen un color más intenso. No puede haber bienestar animal en gallinas camperas si no se respetan sus instintos, ritmos y naturaleza. Ellas eligen la hierba, los insectos, las semillas y las piedritas que mejoran sus digestiones y les aportan minerales.
La beneficiosa luz del sol, los paseos y aleteos diarios, los cambios de estaciones, el aire fresco y el verdor del campo redundan en una mejor salud, lo que trae como consecuencia una mejor puesta de huevos. Así, gracias a la vitamina D que obtienen de la luz solar y al ejercicio diario, sus huesos están más fuertes, su nivel de estrés desciende y, su apetito, aumenta.
No hay que confundir gallinas camperas con gallinas de suelo. Las camperas pastorean y las de suelo o 'libres de jaula' –como también se les conocen– no ven la luz del sol ni respiran aire puro, pues están en naves cerradas. Existen granjas de jaulas que tienen de promedio 50.000 gallinas, con rascacielos de jaulas de hasta 12 alturas con pisos intermedios vacíos, donde la producción es máxima.
En el mundo existen más de 2.600 razas de gallinas domésticas como gallinas cara blanca, cochinchina, calzada holandesa, barbuda, ayam, araucana... Las hay desde chiquititas como palomas hasta bien grandes y robustas. Algunas son buenas ponedoras y, otras, son apreciadas por su carne. Las gallinas ponedoras es la denominación utilizada para aquellas gallinas que no son de raza sino que genéticamente se han obtenido para dar unos mejores resultados en la puesta. Por ello, se les conoce como 'gallinas híbridas'.
A día de hoy, en Estados Unidos se están pagando hasta 10 dólares por una docena de huevos, debido a la escasez causada por la epidemia de la gripe aviar. Igualmente, en el año 2015 tuvimos en España una situación similar. Asimismo, existe un informe mundial que señala un déficit de hasta 500 millones de huevos para 2025 antes de que el brote irrumpiera en el suministro del continente austral. De hecho, se considera que este problema, a nivel global, persistirá hasta 2028.
En nuestro país el autoabastecimiento siempre ha sido posible pero el consumo de huevos está batiendo récords desde el 2023. Los españoles consumimos 240 huevos por persona al año. Hay entre 45 y 47 millones de gallinas que producen 1.164 millones de decenas de huevos al año. El 53% son de gallinas enjauladas, el 27% de gallinas de suelo, el 15% son camperas y el 5% ecológicas. Y termino con una extraordinaria combinación: «El huevo de hoy, el pan de ayer y el vino de un año, a todos hace provecho y a ninguno daño».
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